El proceso de paz con el ELN entró en su peor crisis tras ataques de la guerrilla que dejaron en suspenso la reanudación de los diálogos en Quito, llevando al presidente Santos a retirar a su principal negociador de la mesa para evaluar el futuro del proceso.
En una sorpresiva decisión, el presidente Juan Manuel Santos pidió el regreso de su principal representante en las negociaciones, Gustavo Bell, al día siguiente de expirar el primer alto al fuego bilateral pactado con el grupo rebelde desde su alzamiento en armas en 1964.
Vamos a “evaluar el futuro del proceso”, afirmó Santos en un mensaje al país tras culpar al ELN de “unas acciones terroristas” esta madrugada que afectaron el transporte de crudo, causaron la muerte de un soldado y dejaron dos infantes de marina heridos en el noreste de Colombia.
La estatal Ecopetrol señaló que en total hubo cuatro ataques contra la infraestructura petrolera en los departamentos de Boyacá, Casanare y Arauca.
A raíz de ello, Santos dejó en suspenso la apertura del quinto ciclo de conversaciones de paz, en el que justamente debía negociarse una nueva tregua.
En Quito, el jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, aseguró que los “incidentes” se produjeron “en medio de la compleja situación de conflicto”.
“Pese a ellos, no debe alterarse el curso de las conversaciones”, señaló Beltrán, quien admitió a la AFP que el proceso había entrado en crisis.
Pero “si (el gobierno) está interesado en que le busquemos una salida a este incidente, si hay una respuesta positiva, la delegación (del ELN) permanecerá acá”, añadió.
Sin embargo, Santos instruyó a las Fuerzas Armadas a “actuar con contundencia para responder a esta agresión” y acusó a la organización de haberse negado a acordar una nueva tregua, lo que desató una tensión jamás vista en el proceso que comenzó en febrero de 2017 en la capital ecuatoriana.