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Más de 260 mil muertos y 80 mil desaparecidos ha dejado la guerra en Colombia

–Estas son las frías, pero aterradoras cifras que deja la guerra en Colombia: 267 mil 197 muertos; 80 mil 514 «desaparecidos»; 37 mil 094 secuestrados; 15 mil 687 víctimas de violencia sexual y 17 mil 804 menores de 18 años reclutados.

Las cifras son las que, documentadas, entregó el Centro Nacional de Memoria Histórica a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, para los procesos que se adelantarán contra los responsables, llámense integrantes de las Farc, paramilitares y agentes del Estado.

En total son diez informes que el director del Centro de Memoria Gonzalo Sánchez dejó en manos de la directora de la JEP Patricia Linare, quien destacó en el acto que será una de las principales herramientas que le ayudará a la Jurisdicción para la Paz a realizar su tarea.

Los hechos documentados por el Observatorio de Memoria y Conflicto, corresponden al lapso comprendido entre el año 1958 y julio de este 2018.

La gran mayoría de víctimas fatales que dejó la guerra eran miembros de la población civil. En total, 215.005 civiles y los restantes, 46 mil 813 integrantes de la guerrilla.

De acuerdo con el informe, el Observatorio documentó diez modalidades de violencia, entre ellas secuestro, desaparición, violencia sexual, masacres, reclutamiento de menores y atentados terroristas.

130.891 víctimas directas de las diez modalidades de violencia son atribuidas a los grupos paramilitares, 86.563 a las guerrillas, 13.801 a agentes de Estado y 9.081 a grupos posdesmovilización.

El reporte destaca que por primera vez un sistema de información integra 592 fuentes sociales e institucionales, y un total de 10.236 documentos y bases de datos, para unificar criterios y clasificar información, que permitan contribuir con el esclarecimiento histórico y reconocer la pluralidad de voces del conflicto armado. La documentación de cada hecho responde a la pregunta ¿quién le hizo qué a quién cuándo, dónde y cómo?

“Tenemos que empezar a reconocernos todos para entender el conjunto de la guerra. La fragmentación confunde, distorsiona la verdad. A la fragmentación hay que anteponerle la compactación, juntar todas las piezas, como nosotros lo hicimos”, aseguró Andrés Suárez, coordinador del Observatorio, en un evento realizado el 1 de agosto, en el que el CNMH le entregó a los integrantes de la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, una serie de balances sobre su trabajo en la última década.

El Observatorio de Memoria y Conflicto documentó, en total, 353.531 hechos. Estos son algunos de sus hallazgos: la guerra dejó 80.514 desaparecidos (de los cuales 70.587 aún siguen desaparecidos), 37.094 víctimas de secuestro, 15.687 víctimas de violencia sexual y 17.804 menores de 18 años reclutados.

Las cifras corresponden a las diez principales de modalidades de violencia del conflicto armado: acciones bélicas, ataques a poblados, asesinatos selectivos, masacres, atentados terroristas, secuestros, desapariciones forzadas, violencia sexual, daños a bienes civiles; reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes; minas antipersona y munición sin explotar. Del total de víctimas directas de esas diez modalidades, 130.891 son atribuidas a los grupos paramilitares, 86.563 a las guerrillas, 13.801 a agentes de Estado y 9.081 a grupos posdesmovilización.

“La salida de la guerra necesita de memorias comprensivas y transformadoras”, dijo Gonzalo Sánchez, director del CNMH, durante la entrega de balances al Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Y en ese mismo sentido, Andrés Suárez le hizo un llamado a los miembros de este sistema, para que escuchen toda la pluralidad de voces del conflicto armado: a las víctimas y los perpetradores, a los civiles y los combatientes. “No le tengamos miedo a la tensión que hay entre esas voces. Todos tienen un pedazo de verdad y hay que tenderles puentes para integrarlas”, dijo. Y les pidió, además, trabajaran sobre el acumulado de información e investigación que ya existe: “no pierdan de vista que las víctimas ya han hablado. Han hablado muchas veces, han pasado por un enorme desgaste, y quieren seguir hablando pero hay que hacerles nuevas preguntas”.