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¿Por qué el vestuario de Game of Thrones es tan poderoso?

Al ver Game of Thrones, es fácil darse cuenta que los detalles que ayudan a construir la historia son únicos en esta producción de HBO. Además del guion repleto de giros, otros numerosos factores son esenciales para crear el mundo de los Siete Reinos, y uno de los más importantes, es el vestuario.

Creadas en su mayor parte en un atelier en Irlanda, las piezas del vestuario son obra de la mente brillante de la vestuarista Michele Clapton y su equipo de decenas de tejedores, costureros, bordadores y armeros. Ganadora de cinco estatuillas del Emmy®, además de otros premios, Clapton hace que piezas de ropa y accesorios usados en la producción sirvan, más allá de para vestir, como recursos para contar la trayectoria de cada personaje. Todas las partes del vestuario son creadas para retratar exactamente quién es esa persona, en qué etapa de su recorrido está, cuáles son sus objetivos, sus ambiciones, sus miedos y sus incertidumbres.

Entre los incontables ejemplos, la evolución del vestuario de Daenerys Targaryen merece destacarse: al comienzo de la trama, estaba integrado por vestidos livianos de colores en tonos pastel y detalles delicados, con hombros y brazos a la vista, denotando su aparente fragilidad. En el inicio de la séptima temporada, ella llega a su tierra natal, Rocadragón, lista para una guerra: vestida toda de negro y gris, de cuello alto y mangas largas, como un reflejo de las vestimentas de su ejército.

Cersei Lannister también se ha transformado visualmente a lo largo de la historia. Antes, ostentaba peinados que combinaban con vestidos majestuosos de colores vivos. En la quinta temporada –cuando fue detenida por el Gorrión Supremo–, su vida cambió completamente y padeció efectos psicológicos que pudieron ser notados en su apariencia. Con el paso de las temporadas y coleccionando pérdidas significativas, más que el luto, sus ropas muestran que ella está lista para cualquier combate.

Otro vestuario que cambió significativamente es el de Sansa Stark. En la primera temporada, ella le contó a Cersei que hacía sus propios vestidos, ropas discretas y de colores neutros que retrataban su inocencia y admiración por sus padres. Con el paso del tiempo, por influencia de la familia real, adopta vestidos más llamativos, pero que aún no se alinean exactamente con su personalidad -reflejando las incertidumbres vividas por ella. Entre las tragedias y dificultades que atravesaron su historia, su vestuario evolucionó junto a su personalidad. En la quinta temporada, Sansa vuelve a comentar que es la responsable de su vestimenta, esta vez con Myranda. Ahora, los colores más oscuros y sobrios, y piezas como vestidos bien ajustados, cinturones y capas, se asocian a la representación de su distanciamiento de los hombres y la recuperación del control sobre su propio cuerpo.

Para una historia tan compleja como Game of Thrones, el vestuario va más allá de contextualizar una época: cuenta detalles y transmite al espectador emociones, personalidades y conflictos de la serie en solo una mirada.