–Los obispos católicos de los Estados Unidos expresan su preocupación por el anuncio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de programar las ejecuciones de cinco personas condenadas a muerte.

El viernes, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunció que cinco presos condenados a muerte serían ejecutados por inyección letal en los próximos seis meses. «Se lo debemos a las víctimas y sus familias para llevar adelante la sentencia impuesta por nuestro sistema de justicia», dijo.

La última vez que el gobierno federal de los Estados Unidos ejecutó a alguien fue hace 16 años. En las últimas dos décadas, una moratoria informal sobre la pena de muerte a nivel nacional en los Estados Unidos ha visto cómo el número anual de penas de muerte ha disminuido en un 85%.

El Presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la USCCB, Obispo Frank Dewane de Florida, en una declaración en respuesta a la decisión del Sr. Barr, dijo que los obispos católicos de los Estados Unidos están «profundamente preocupados» por la medida e instan a la Administración de Trump a reconsiderar.

Además recordó la posición del Papa Francisco frente a la pena de muerte:

«En 2015, el Papa Francisco, haciendo eco de las opiniones de sus predecesores, pidió» la abolición global de la pena de muerte «», dice la declaración. En ese momento, el Papa agregó que «un castigo justo y necesario nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación».

En agosto del año pasado, el Papa Francisco hizo un cambio formal al Catecismo de la Iglesia Católica, declarando la pena de muerte como «inadmisible» y describiéndola como «un ataque a la inviolabilidad y la dignidad de la persona».

En 2005, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos emitió una declaración en la que se hacía eco de la posición de los papas y el catecismo, titulada » Una cultura de la vida y la pena de muerte «. «A la luz de estas posiciones sostenidas durante mucho tiempo», dice el Obispo Dewane, «Estoy profundamente preocupado por el anuncio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de que, una vez más, se convertirá, después de muchos años, en la pena de muerte como una forma de castigo, e insto a que estos funcionarios federales sean movidos por el amor de Dios, que es más fuerte que la muerte, y abandonen los planes anunciados para las ejecuciones ”.

Según Amnistía Internacional, 170 países ya han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica, mientras que el Papa Francisco sigue pidiendo a la Iglesia que trabaje «con determinación para su abolición en todo el mundo». (Información Vaticano News).