Duque debe impulsar reformas en el Congreso para asegurar recuperación económica
El presidente Iván Duque debe impulsar durante el próximo año las reformas energéticas y de pensiones a través de un congreso hostil y polarizado para que la lenta e incierta recuperación económica de Colombia despegue, dicen analistas y legisladores.
La cuarta economía más grande de América Latina creció 2,8% en el primer trimestre, liderada por los sectores de finanzas y minería. La cifra superó la expansión de 2% que se registró entre enero y marzo del año anterior, pero estuvo muy por debajo de las expectativas del banco central de 3,2%.
Sin embargo, crece la preocupación de que la economía colombiana de 285.000 millones de dólares sufriría si las reformas decisivas se estancan, disminuyendo el interés en proyectos extractivos considerados importantes para mantener el crecimiento.
Cuando Duque entra a su segundo año de gobierno, enfrenta una baja aprobación a su gestión después de que en los primeros 12 meses sus principales proyectos legislativos, incluidos la modificación a los acuerdos de paz, fueron rechazados en el Congreso, o modificados más de lo que esperaba.
Entre los proyectos de ley considerados más urgentes se encuentra el que busca regular las consultas de comunidades potencialmente afectadas por proyectos petroleros y mineros, luego de que los inversores se asustaron por referéndums locales que prohibían la extracción de hidrocarburos y minerales.
El petróleo y el carbón son los dos principales productos de exportaciones y fuentes de divisas del país, lo que hace que el éxito de la industria sea vital para los registros del gobierno.
“En el segundo año de gobierno es fundamental que el ejecutivo impulse los proyectos que hacen falta”, dijo el senador Carlos Abraham Jiménez, del partido Cambio Radical, que no forma parte de la coalición de gobierno ni de la oposición.
“Debe agilizar la reforma a las consultas previas, se están demorando con una reforma tan necesaria para impulsar la economía”, afirmó.
La ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, dijo el lunes que el gobierno presentará un proyecto de ley este año para mejorar la coordinación de las empresas con las autoridades locales y en 2020 propondrá mejoras en el proceso de consulta, un intento por evitar futuras objeciones de las comunidades.
Pero lograr que el Congreso apruebe las leyes será difícil, especialmente porque muchos legisladores probablemente se enfocarán en las campañas para las elecciones locales y regionales de octubre, lo que dificultará el quórum para debatir y aprobar los proyectos.
Duque, de 43 años, no tiene una amplia mayoría en el Senado ni en la Cámara, como se evidenció en el primer año cuando muchos de sus proyectos para combatir la corrupción, modificar la justicia y los acuerdos de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC naufragaron.
El mandatario enfrentó en sus primeros 12 meses el fuego amigo de su propio partido, el derechista del Centro Democrático, al incumplir una promesa de campaña de endurecer los términos de un acuerdo de paz de 2016 que puso fin a cinco décadas de conflicto con la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
DIVISIONES EN EL PARTIDO DE GOBIERNO
Las divisiones dentro del Centro Democrático y un cruce de palabras con la oposición fueron incluso citadas como motivo de preocupación económica por el jefe del banco central, lo que provocó críticas del gobierno que le pidió mantenerse alejado de la política.
“Es como si el Centro Democrático no se haya dado cuenta que son partido de Gobierno y siguen jugando a ser partido de la oposición, no han cambiado el chip”, dijo Beatriz Helena Gil, de la ONG Congreso Visible.
Los cambios en el gabinete y en el equipo de comunicaciones de Duque podrían ayudar a mejorar su imagen y su relación con el Congreso, donde los ministros actuales son impopulares, dijo el consultor político Carlos Arias. Pero por ahora el presidente no ha dado señales de hacer cambios en su equipo de gobierno.
Afortunadamente para Duque, la amplia liquidez global y las bajas tasas de interés internacionales hasta ahora han ayudado a los activos colombianos a crecer en valor durante su mandato, a pesar de la incertidumbre sobre si se cumplirán los objetivos fiscales.
La agencia calificadora Fitch dijo que un deterioro en la credibilidad del objetivo de crecimiento del 3,6% del gobierno está poniendo en riesgo la calificación crediticia BBB de Colombia. El Fondo Monetario Internacional redujo recientemente su proyección de crecimiento del país para 2019 a 3,4%.
Fitch ha instado a tomar medidas para estabilizar la deuda pública y abordar el déficit de cuenta corriente, que se estima superará el 4% del PIB.
Mientras tanto, los inversores internacionales han expresado su frustración con los dolores de cabeza regulatorios.
Tanto el gobierno como los inversores interesados ??en posibles proyectos de fracking esperan que un tribunal administrativo decida si se permitirá el uso de la técnica.
“El marco legal para la industria, en particular el fracking y la perforación en alta mar, aún no se ha materializado y los inversores desconfían de que las condiciones políticas cambiantes puedan anular los esfuerzos realizados hasta la fecha”, dijo el fundador de Colombia Risk Analysis, Sergio Guzmán, quien asesora a posibles inversores extranjeros.
También se necesita financiamiento para terminar proyectos de carreteras ambiciosos y muy necesarios considerados clave para la competitividad, destacó Guzmán.
“Estamos en una coyuntura muy particular en donde llevar cualquier proyecto hacia el Congreso se está volviendo una pesadilla”, dijo Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual para Colombia.
Por ahora, los dolores de cabeza de Duque en el Congreso no están causando la ira de los inversores, siempre y cuando se cumplan objetivos fiscales como el déficit, que según el gobierno será de 2,4% este año.
“El inversionista extranjero pregunta sobre la situación política, pero es lo último que pregunta, hay cosas mucho más importantes para ellos como el déficit en cuenta corriente y como el déficit fiscal”, concluyó Jalil. Reuters