Opinión

Inundaciones: El agua hasta los tobillos

Por: Luis Eduardo Forero Medina
Desde Argentina hasta México siempre se repite similar historia, que a la madrugada los despertó un estruendo como caída de platos y enseres, los muebles se movían, al levantarse la casa estaba anegada;

habían sufrido daños en cubiertas, en su infraestructura, perdida su habitabilidad; los servicios públicos suspendidos; si logran salir de la vivienda se encuentran con cuadras completas bajo agua y lodo; aguas de inundación estancadas que causan enfermedades infecciosas; tránsito lento por la inundación de las vías; en prevención debido a que solo seis pulgadas de agua hacen perder el control de un vehículo. En el campo la situación no es menos apocalíptica: vidas malogradas, cultivos cubiertos por el agua y vacas pastando en charcos. En algunos casos los terrenos inundados no eran aptos para vivir; por los ríos, quebradas y alcantarillados circulaba basura o habían sido víctimas de los deforestadores o abusado del terreno para hacer rendir la siembra.
Las inundaciones, calificadas como una de las calamidades que producen más pérdidas y quebranto social, son producidas por exceso de agua, invadiendo áreas que en condiciones normales están secas; indica el Idiger (Instituto distrital de gestión de riesgos y cambio climático). Las principales causas son las lluvias frecuentes e intensas, rompimiento de jarillones, presas y tuberías; falta de capacidad hidráulica de redes de alcantarillado y taponamiento de sumideros. Otra raíz es el aumento de la erosión por talas y quemas, según Gestión del riesgo. Para la FA0, las inundaciones se originan así mismo por la degradación ambiental, la pobreza y la marginación; y en el campo por “la potente maquinaria agrícola que actualmente se emplea, eliminando la cubierta vegetal de las tierras en una fracción del tiempo mucho menor que la que antes se requería”.
El Ideam las clasifica en inundaciones lentas y las llamadas crecientes súbitas, cuyo poder destructivo es mayor; y la Unidad Nacional para la gestión del riesgo de desastres –UNGRD-, las divide en repentinas, lentas o en la llanura e inundaciones en ciudades. De acuerdo con la ONU, el calor, incendios y las inundaciones sin precedentes continúan amenazando el planeta; representando éstas el 47 por ciento de todos los desastres meteorológicos que ocurrieron entre 1995 y 2015, cuando salieron perjudicadas 2.300 millones de personas y costó la vida de 157.000 más (UNDRR).
En el país las regiones en Colombia con más riesgo de inundaciones son los Llanos Orientales; el caribe; las regiones pobladas cercanas a ríos o sus antiguos cauces y el departamento del Chocó, específicamente en las poblaciones de Itsmina, Condoto, Tado y Andagoya. En el mundo, en Estados Unidos, China, India, Filipinas e Indonesia, el 90 por ciento de los desastres de mayor magnitud han sido ocasionados por inundaciones, tormentas, olas de calor y sequías. En los noventa hubo 3,2 veces más catástrofes naturales de gran importancia, principalmente inundaciones, tormentas y terremotos, que en los sesenta, y el daño económico aumentó 8,6 veces (Grupo Munich Re). Entre 1993 y 1997 más de 130 millones de personas sufrieron inundaciones. La inundación más grave fue la provocada del río Amarillo, China, con un saldo de 870 000 muertos. “Las inundaciones son un fenómeno global que pueden causar devastación generalizada, daños económicos y pérdida de vidas (Banco Mundial, 2011); y conforme al Banco Interamericano de Desarrollo entre 1970 y 2013, el desastre natural por inundación fue el más frecuente de todos los desastres naturales en América Latina y el Caribe. En Suramérica, Argentina, Colombia, Perú y Brasil son los que más sufren de inundaciones. Argentina es uno de los 15 países en el mundo más afectados por las inundaciones, fenómeno natural que se constituye en el más caro para ese país. En Colombia sigue en la memoria colectiva las inundaciones de hace tres décadas y un año por la fuerte temporada invernal, con afectación de 500.000 personas de 283 municipios; 15.000 kilómetros de carreteras deterioradas; 2.000 viviendas destruidas y 20.000 afectadas parcialmente. Igualmente, las acaecidas en diciembre de 2011, por desbordamiento del Río Fucha, inundando las partes más bajas de Kennedy y Bosa; en Bogotá, entre 2002 y 2015, el costo total de las inundaciones fue de $ 20.185.078 de dólares, según Desinventar. Las inundaciones del sector de Tunjuelito se pretenden acabar con la construcción del túnel Linner que permite la instalación de la nueva tubería, y del tubo emisario final de lluvias. En el D.C. el año pasado se renovó después de 14 años el Plano Normativo de Amenaza por Inundación por Desbordamiento. Para las cinco cuencas hidrográficas, el IDEAM definió a nivel nacional las áreas inundables periódicamente y formó los mapas de zonificación de amenaza por inundación para Colombia. El Siac (Sistema de información ambiental de Colombia) provee siete tipos diferentes de mapas de inundación a escala 1:100.000 para 22 departamentos.
El Grupo Banco Mundial aboga por una legislación municipal específica para la gestión de riesgos de desastres, con enfoque en la prevención; el reforzamiento de la Defensa Civil; mejorar la capacidad de drenaje y organizar o mejorar el sistema de previsión, monitoreo y alerta. Para Abel Mejía, experto en inundaciones de esa entidad, lo más básico frente a este fenómeno es que la gente entienda el riesgo que se está corriendo.
@luforero4