El 13 de agosto de 1999, la voz crítica de Jaime Garzón dejó de escucharse. El humorista, periodista y presentador se destacó como analista de la realidad colombiana. Su irreverencia puso de manifiesto los bemoles de la cotidianidad de una nación marcada por incesantes desafíos y fracturas en su tejido social.
En agosto del año pasado, José Miguel Narváez, exsubdirector del DAS, fue condenado a 30 años de cárcel por haber sido el determinador del asesinato de Jaime Garzón. Sin embargo, una condena no es suficiente. La impunidad sigue asolando el caso y aún quedan muchas preguntas por resolver, como lo señalara en su momento la editorial de El Espectador:
«Quiénes, en las altas esferas del poder, estuvieron vinculados con los hechos? Además, negarle la categoría de crimen de lesa humanidad es una decisión errada que puede afectar futuras investigaciones».