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Haití conmemora diez años de devastador terremoto

Haití recuerda este domingo a las decenas de miles de personas que murieron en el devastador terremoto del 12 de enero de 2010, mientras el dolor se mezcla con la ira y la amargura por los esfuerzos fallidos de reconstrucción y la continua inestabilidad política del país.

Durante unos 35 largos segundos, un terremoto de magnitud 7 transformó la capital, Puerto Príncipe, y las ciudades cercanas de Gressier, Leogane y Jacmel en ruinas polvorientas, matando a más de 200.000 personas e hiriendo a otras 300.000.

El sismo de magnitud 7 mató a decenas de miles de personas y dejó a muchos más sin hogar. Las estimaciones del número de muertos varían ampliamente, desde menos de 100.000 hasta 316.000, la cifra oficial del gobierno.

Tampoco hay consenso sobre cuánta ayuda recibió Haití de organizaciones internacionales, o lo que constituía ayuda, pero la mayoría de las estimaciones colocan la cifra sobre los 10.000 millones de dólares.

El daño del terremoto todavía es claramente visible en la capital, incluso en las paredes y las estructuras de la entrada del Palacio Nacional, cuya cúpula se hundió.

Más de 1,5 millones de haitianos quedaron sin hogar, dejando a las autoridades de la isla y a la comunidad humanitaria internacional ante un desafío colosal en un país que carece de un registro de tierras o de reglas de construcción.

El sistema de ayuda internacional está profundamente viciado y necesita una reforma, dijo el sábado el presidente haitiano Jovenel Moise, casi 10 años después de que uno de los terremotos más letales de la historia golpeó al país, de los más pobres de América.

Las organizaciones internacionales prometieron miles de millones de dólares en ayuda después del terremoto del 12 de enero de 2010, pero su uso ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de expertos y solo una fracción fue directamente al gobierno haitiano.

Los expertos culpan a la mala administración, la excesiva burocracia, el despilfarro y a contratos inflados que se otorgaron principalmente a empresas extranjeras por la falta de avance, que se vio obstaculizado aun más por la corrupción y las luchas políticas.

“Hay un problema serio con la metodología”, dijo Moise a Reuters en una entrevista en el Palacio Nacional, durante la cual criticó repetidamente cómo los donantes manejan la ayuda a Haití.

Moise, un ex exportador de banano que asumió el cargo en 2017, dijo que los países receptores conocen mejor sus necesidades y deberían opinar más sobre cómo se gasta la ayuda.

“No ha habido una política creíble de largo plazo sobre qué hacer con el dinero”, dijo Moise, criticando a los donantes y las débiles instituciones de Haití.

“Es mucho dinero y no sé qué se hizo con él”, dijo Moise, quien argumentó que el gobierno tuvo poco que decir sobre cómo se gastó el dinero. Moise dijo que ha habido algunas mejoras, pero que aún queda mucho por hacer.

Con información de AFP y Reuters