La llegada del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, suscitó un debate acerca de su misión en Venezuela. Incluso Zapatero adelantó a un medio de comunicación español, que en Venezuela: “veremos nuevamente un proceso de diálogo, ojalá de acuerdos, y todas las tesis radicales que se han ido imponiendo en un lado o en otro, quedarán afortunadamente olvidadas”.
Este fin de semana se reunió con Maduro y después con sus principales colaboradores, Delcy Rodríguez, por ejemplo, y su hermano, Jorge Rodríguez, actual ministro de Comunicación y principal delegado en temas de negociación del chavismo.
Esto dentro de la denominada Mesa de Diálogo Nacional, a la que acude solo una minoría de la oposición venezolana, desestimada por el grueso de la disidencia, hoy encabezada por Juan Guaidó.
Timoteo Zambrano, uno de los integrantes del partido Cambiemos, dijo que estaban: “a punto” de alcanzar un acuerdo para un nuevo Consejo Nacional Electoral, un paso que debería ser encabezado por el Parlamento, actualmente en disputa por la juramentación irregular del diputado Luis Parra como presidente.
Como se sabe, Juan Guaidó permanece fuera de Venezuela, mientras que el propio gobierno español, se desliga de cualquier gestión que haga Rodríguez Zapatero en el país, enfatizando que su visita no responde a “ningún cargo de representación y sin mandato alguno del Gobierno de España”.