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Crean primer lugar público 100% incluyente, especializado en personas ciegas, sordas y con movilidad limitada

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Con una emocionante coreografía de tango a cargo de bailarines en silla de ruedas fue inaugurada la primera droguería incluyente de Colombia en la que participaron más de 70 profesionales quienes vivieron un proceso de aprendizaje colectivo durante 10 meses de trabajo.

El lugar está ubicado en la esquina de la carrera 13 con calle 61 en Chapinero que según los estudios es uno de los barrios con mayor facilidad de acceso en transporte público y así mismo, uno de los más transitados por la población en condición de discapacidad.

“Nuestra misión es generar oportunidades para el cierre de brechas sociales, por eso para nosotros crear la primera Droguería Incluyente de Colombia es un aporte más que hacemos al país enmarcado en nuestra misión social”, explica Claudia Herrera, Gerente de Medicamentos Colsubsidio.

Esta iniciativa unió a expertos en señalética, lengua de señas, maestros de braille, ingenieros civiles e industriales, químicos farmacéuticos, administradores de empresas, especialistas en mercadeo, regentes y auxiliares de farmacia, diseñadores de mobiliario y comunicadores sociales. Todos comprometidos en un proyecto sin precedentes en Colombia que literalmente da para escribir un libro.

Testimoniales

Judy López. Destacada abogada quien antes de convertirse en profesional quedó ciega por cuenta de una bala perdida y usó esa dolorosa experiencia para desarrollar otras habilidades como aprender a hacer asociaciones en tiempo récord y memorizar extensas sentencias. Al llegar a la primera droguería incluyente del país, ella uso el mapa táctil de la entrada para ubicarse y las guías podotáctiles en el piso para guiarse y desplazarse en su opinión muy fácilmente.

Francisco Pedraza. Campeón de handcycling (ciclismo con las manos) quién además en pocos días, se graduará como Licenciado en Lenguas Modernas. A él una mina le arrebató sus piernas mientras rescataba dos campesinos secuestrados en el Caquetá. Al entrar, Francisco comprobó la accesibilidad y elogió que sea el primer lugar que va más allá que hay mucho más que una «simple» fila preferencial.

Valentina Palacio. Deportista de alto rendimiento, campeona paralímpica y bailarina artística en silla con ruedas. “Fue maravilloso no necesitar la ayuda de nadie para entrar y alcanzarle yo misma la orden al funcionario”.

Andrés Rodríguez. Bailarín profesional, cantante, piloto de motos y diseñador gráfico. “Que diferencia entrar a un lugar donde tienen en cuenta las medidas para desplazarnos cómodamente”. Él usa silla de ruedas desde los 15 años, cuando un ataque de la guerrilla en Yopal Casanare, le quitó la movilidad de sus piernas.

Mauricio Saénz. Auxiliar de servicio, sordo de nacimiento quien atiende en este lugar. “Voy a usar mis experiencias personales como motores de cambio, no quiero que nadie más sienta lo que yo sentí cuando iba a que me explicaran las fechas, las dosis y uso de los medicamentos y no me atendían”.

Kendry Sánchez. Auxiliar de farmacia. “Un docente sordo experto en lengua de señas colombiana nos enseñó a través de un proceso teórico práctico. En el proceso vimos los componentes que requiere la lengua de señas y que uno no se imagina. Por ejemplo, percepción, memorización, atención visual, manejo de las manos y del espacio tridimensional, expresión corporal y facial, a propósito, este último tema es vital porque los gestos son definitivos; detalles como llenar de aire las mejillas o arrugar la nariz, marcan la diferencia entre una señal y otra”.

Infraestructura y personal especialmente capacitado

“Lo primero que queremos compartir con Colombia es lo que significó para nosotros crear la primera droguería incluyente del país. Por ejemplo, validar que es la minoría de la población ciega la que sabe leer el sistema Braille, descubrir que no existe una única lengua de señas como suele pensarse. Por ejemplo, el nombre de una persona no consiste en hacer con señas las vocales y consonantes de su nombre, sino que es una seña única a partir de su característica física más notoria”, asegura Herrera.

En cuanto a lo físico, el lugar está dotado de un mapa táctil al ingreso que permite conocer la distribución y las categorías de la droguería, así como guías podotáctiles en el piso para saber hacia dónde caminar.

También cuenta con señalización de las áreas y las categorías de los productos en español, inglés, braille y lengua de señas colombiana. Videos informativos tanto en lengua de señas colombiana, audio y closed caption.

Los usuarios cuentan con rampa de acceso peatonal y sistema indicador de turno con lector de cédula, vibración y luces para avisar el momento de atención de cada persona, así como corredores amplios que facilitan el desplazamiento en silla de ruedas.

El equipo involucrado ha sido capacitado en atención a personas con discapacidad visual, auditiva y física. “

En el caso de la discapacidad auditiva, además de la debida formación del equipo humano, la droguería cuenta con un servicio de interpretación virtual, llamado Servir que es una herramienta tecnológica que permite conectar de forma simultánea a un intérprete de lengua de señas con un usuario en la droguería. La herramienta fue implementada gracias a un convenio entre la Federación Nacional de Sordos de Colombia (Fenascol) y Colsubsidio.

La creación de la primera droguería incluyente del país contó con el apoyo de la Secretaría Distrital de Integración Social, el Ministerio de Trabajo, la Federación Nacional de Sordos (Fenascol), el Instituto Nacional de Ciegos (INCI), la Escuela Colombiana Nacional de Carreras Industriales, la Universidad Nacional de Colombia y el Centro de Rehabilitación para el Adulto Ciego (CRAC).

El proyecto continuará ampliándose a lo largo de 2020 en dos direcciones. La primera será la apertura de nuevas sedes con el concepto de droguería incluyente. La segunda es la adaptación de 100 establecimiento farmacéuticos para las personas en condición de discapacidad visual y auditiva.