Opinión

Llega el circo

 Por: Luis Eduardo Forero Medina

Del circo tradicional montado en carpas plásticas, de lona o de cuero, de cuyo inicio no se cuenta con una fuente segura, se pasó, va a hacer 100 años en 2025, al circo moderno, surgido en Estados Unidos hacia 1825 por idea de Joshuah Purdy Brown, considerado   el primer empresario de circo en reemplazar la construcción de madera habitual con una carpa donde se presentan diversiones para dejar literalmente con la boca abierta al público. Por su parte, Philip Astley (1742-1814), es tenido como “el padre del circo moderno” (Wikipedia), y Joseph Grimaldi (1778 – 1837), el padre del clown moderno “de cara blanca al papel de protagonista reemplazando al arlequín”. Se tiene como antecedente inmediato del arribo de los circos, a los juglares, cómicos andariegos, trovadores, poetas y titiriteros.

En la antigua Roma, se divertían con combates de gladiadores, carreras de coches, riñas de fieras, representaciones teatrales, náuticas, etcétera, de donde proviene la frase de «pan y circo» para el pueblo. Desde mediados del siglo XIX el circo, el mejor espectáculo del mundo, en el principio dirigido por familias con chispa artística, encargadas de toda la infraestructura (iluminación, vestuario, maquillaje) , se fue difundiendo por América del sur, llegando a Colombia hace más de un siglo, en donde en los pueblos, como en el mágico Macondo, esperaban ansiosamente su llegada , siempre  precedido, días anteriores de la primera función, con el desfile por las calles principales con los payasos, zanqueros, música y perifoneo invitando a la función: “Llegó el circo…. Vamos todos a ver el circo…”; que termina despidiéndose más de una vez, anunciando siempre la última función con boletería rebajada.

Convencido el público por la propaganda bufona, y como un bálsamo para sobrellevar el trajín cotidiano, se preparaba   toda la familia, grandes y chicos,   para desconectarse y disfrutar de todo un abecedario de números empezando por los payasos, con quienes no paraban de reír; con la expectativa que los embargaba por  la fiesta de los acróbatas, escapistas, fono mímicos , trapecistas,  malabaristas, antes conocidos como  “saltimbanquis”; o por los increíbles números de los magos o la admiración de  forzudos, hombres bala,tragafuegos, tragasables, y el desconcierto con  los  ventrílocuos. Hasta animales amaestrados y perritos comediantes, eran parte de la función. Algunos más osados se atrevían a presentar seres con deformidades o “fenómenos”.

El circo, siempre derrochando suma alegría, era integrado por familias que armaban desde las carpas hasta duplicarse para los papeles de publicistas, taquilleros, payasos y malabaristas, empezó en Colombia presentándose en los patios, cercados de las grandes casas o lotes. A mediados del siglo XX, en 1948, el Circo Egred Hermanos bajó su carpa en el país, en Sogamoso, manteniéndose hasta 1973, cuando cerró sus puertas en Cali.  Aprovechando el interés por la diversión circense, en el año de 1970 arriban de México los Bell´s, que localizan sus carpas en   Bogotá en la carrera séptima con calle 24; y los Fuentes Gasca, “arrasando con lo que quedó de las familias tradicionales de circos pequeños”, principalmente Los Cacerolos, Los Salpicones, los Farolitos, los Domínguez, los Suarez, Pitillo, Sancocho, los Pompeyo y los Forero (Chipilos), entre otros.  A finales del siglo pasado el teatro de Fanny Mickey (1930 Buenos Aires, Argentina-  2008, Bogotá), se definió “como una mezcla de lo mejor del circo, el teatro y el música hall”, en el emblemático Teatro Jorge Eliécer Gaitán. En esa época nació en Cali, la Escuela Nacional Circo Para Todos en el año 1995, año en que aparece el particular circo de Suecia. En este siglo el circo ha repuntado considerablemente  en Colombia; en el año 2003 , se llevó a cabo el I  Festival Internacional de Circo de Bogotá, e igualmente ha sido  visitado por  los circos más famosos del mundo: El Circo del Sol (El Cirque su Soleil),  El Circus Oz,  que data de 1978 en   en Melbourne, Australia, 1978, el  más antiguo de circo contemporáneo del mundo;  La compañía circense más grande de Rusia, Rosgoscirk, entre otros. La prensa del año 2007 anunciaba que “Colombia está llena de circos”, a los que les fue prohibido desde el 2013, el uso de animales silvestres, nativos o exóticos en circos fijos e itinerantes.  Otros declinaron y anunciaron con dolor su última función a partir del año 2020 por el confinamiento obligatorio El circo de las carpas, que hoy se arman y desarman en minutos, le dio paso obligado a la tecnología de la informática y comunicaciones que reemplazó las maletas que llevaban los directores de circo con material de gran parte del entretenimiento. Hoy todo está sistematizado – sonidos, escenas, efectos computarizados, y luces robotizadas-.

Colombia con toda razón, ha sido tenida como potencia mundial en circo; aquí se fundó la primera Escuela de Teatro en el mundo consagrada a formar en teatro y artes circenses a jóvenes de escasos recursos, la Fundación Circo Para Todos. “Circolombia es una de las experiencias circenses más revolucionarias del mundo”. Las ocho Divisiones del Ejército Nacional colombiano cuentan con el mismo número de circos. Las artes circenses, que según los entendidos reemplaza lentamente al Circo Tradicional, irrumpieron en Instituciones de educación superior privada y publicas de donde egresan anualmente numerosos profesionales listos para salir a la pista.

@luforero4