Opinión

LA PAZ COMIENZA EN LA FAMILIA

Carlos Fradique-Méndez Sr.[1]

Resumen

En mis trabajos escritos, toda página debe tener como membrete la siguiente frase: “Si no hay paz en las familias, no hay paz en las naciones y sin paz no es posible rehacer el mundo.” El planisferio del mundo actual es el mapa de la guerra en todos los puntos y confines de la tierra. Se han desbordado los conflictos y hemos llegado a la delirante cifra de 14.000 asesinatos en Colombia por año, dos por hora. Inexplicable en un Estado social de derecho, que debe funcionar al derecho y con garantías amplias para todos, respecto de sus derechos fundamentales para tener una vida digna.

¿Qué es la paz? En teoría, es ausencia de guerra, pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia, sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos.

¿Cuál es el significado de la paz en Colombia?

Decir qué es paz en Colombia, un pueblo que ha vivido en guerras durante el último siglo es tarea titánica. El ideal seria que todos pudiéramos gozar de vida digna y sana convivencia. En estas condiciones hemos vivido unos pocos días.

En mi memoria están los acuerdos de paz desde 1953, con la rendición de los grupos alzados en armas, grupos liberales que luchaban por su supervivencia como consta en expedientes en los que se investigaron masacres de familias liberales y conservadoras, como se recrea en la película Cóndores no entierran todos los días, grupos liberales que dirigían Guadalupe Salcedo y Dumar Aljure y luego acuerdos con grupos ilegales, hasta el ultimo firmado con parte de la cúpula de la Farc, en 2016.

En el Gobierno del Presidente Gustavo Petro, se apuesta a pactos por la paz total. En teoría la paz total al tenor del Art. 2 de la ley 2272 de 2022 se debe fundar en la garantía de la Seguridad Humana, seguridad en la vida y de la dignidad humana, mediante una política de paz estable y duradera con la participación de la sociedad civil, incluyendo los espacios del sector interreligioso.

Para lograr la paz total el Gobierno negociará con grupos armados organizados al margen de la ley y con grupos armados organizados o estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto, con el fin de lograr su sometimiento a la justicia y desmantelamiento.

A 7 meses de gobierno ya se han dado pasos con este objetivo, pero en la práctica reina la zozobra, la inseguridad, el miedo y las esperanzas no se afincan en el futuro cercano.

Las negociaciones con personas que no están involucradas con grupos ilegales parecen nulas y las inequidades crecen como en el poema El sueño de las escalinatas,de Jorge Zalamea

INGLES

Palabras, expresiones clave

Paz, familia, estado social de derecho. sana convivencia, acuerdos de paz, seguridad humana, vida digna, riñas, asesinatos, guerra, alzados en armas, sociedad, Gobierno, esperanza.

Ingles

LA PAZ COMIENZA EN LA FAMILIA

O si se quiere comienza en el corazón ( En párrafos de la Biblia) o la paz comienza con una sonrisa (Sor Teresa de Calcuta). La paz es esquiva, la tenemos en las manos y se nos va como pompas de jabón y la dejamos ir sin que su partida nos cause pena o asombro. Vivimos en un espacio en el que nada nos importa, porque sentimos que nada es con nosotros.

El ser humano es amigo de la guerra, está esencialmente dispuesto a morir por defender lo que considera que deben ser sus paradigmas de vida.

En la oración patria que entonan los soldados de Colombia se dice lo siguiente:

“Ser hijo tuyo, es la mayor de mis glorias, mi ambición más grande, es la de llevar con honor el título de Colombiano, y llegado el caso, morir por defenderte.”

Yo diría:

“Ser hijo tuyo, es la mayor de mis glorias, mi ambición más grande, es la de llevar con honor el título de Colombiano, y nunca tenga de llegar a morir por defenderte.”

Y la guerra es un escenario en el que se pelean entre hermanos por una patria en la que los combatientes tienen pocos derechos y en la que con cierto humor negro, los familiares sobrevivientes se sienten orgullosos por recibir una bandera y que al muerto o asesinado le diga que es un héroe de la patria. Este cuadro dantesco es el que debemos terminar, pero es difícil terminarlo porque los acuerdos de paz se hacen entre los integrantes de la cúpula en tanto que los soldados de la base siguen en las mismas condiciones de inseguridad en la satisfacción de sus derechos.

Me llega a la memoria la siguiente frase, que debe mover sentimientos y hacernos reflexionar:

“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”

Esta frase se atribuye a Erich Hartman, el bueno, de origen judío que emigró a Estados Unidos.

La familia es la célula fundamental de la sociedad y por eso he afirmado que un país es lo que son sus familias, los primeros padres, y sus maestros, maestras, sus segundos padres.

En el proyecto de himno escolar que escribí para mi comunidad rural digo lo siguiente:

Honramos al maestro / que el mundo nos descubre

y en la escuela construye / nuestro segundo hogar;

que el cuerpo y el talante / con afán nos cultiva

para seguir sembrando / la Paz, la Libertad.

Como cada vez que se firma un acuerdo de paz, un pacto de paz, un armisticio, queda la base desamparada, sin derechos, expuesta al sicariato por venganza de quienes fueron victimas de los convocados al espacio de paz, es por lo que se me ocurre que una forma de contribuir a minimizar la guerra, a disminuir la inseguridad, a proteger la vida en su raíz, es hacer pactos de paz en nuestras familias, sembrar la sana convivencia en nuestros hogares. cultivar el trato amable en las familias, procurar la solidaridad entre progenitores y entre éstos y sus hijos y hacer todo lo que políticamente sea correcto para que tengamos paz y sana convivencia en nuestras familias.

Comencemos por entender que Colombia es un país machista, hombres machistas, mujeres machistas que se recrean con música guerrera, de cantina, de alabanza a quienes siguen siendo los reyes, los dictadores en el hogar.

Si estimulamos la progenitura responsable, la que genera respeto entre los miembros de la familia tendremos menos candidatos para el crimen y de manera puntual para el crimen organizado.

LA FAMILIA objetivo de destrucción.

No puedo pasar por alto que la familia es el núcleo, la célula fundamental de la sociedad y que debe merecer todo el apoyo para que sea sólida, estable, amigable y próspera. Infortunadamente no es así. Hay grupos a nivel global que se han organizado para volver trizas la familia, para darle vida efímera, para despreciarla como si fuera un mal para la sociedad. No se si afirmar que la paz comienza en la familia, sea solo un sueño o una quimera, pero la pena intentarlo.

LA CONSTITUCION PREDICA LA PAZ EN LA FAMILIA

Colombia tiene una de las Constituciones más románticas del mundo y también una de las menos aplicadas y más ofendida por ignorarla en todos los espacios de la vida nacional.

El artículo 41 de la Constitución reza: “En todas las instituciones de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción Cívica. Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana. El Estado divulgará la Constitución.” Es un deber que no se cumple y por eso la ignorancia del texto constitucional es mayúscula y solo se hace referencia a la tutela como remedio para todo.

Tenemos fórmulas para solucionar todos los problemas patrios y gozamos con todas las recetas, pero parece como si esas medicinas se tomaran con aguardiente o si los bomberos apagaran el fuego social con gasolina.

Colombia es una república unitaria, suma inarmónica de trozos de Patria porque sus siete culturas que son como siete repúblicas se manejan como feudos. No hay unidad nacional, no hay políticas de Estado que se reflejen en paz, sana convivencia, progreso en general y por eso tenemos la alarmante cifra de 25 millones de personas que rondan la linea de pobreza.

Encuentro propuestas para que las personas salgan de la pobreza, y les ofrecen mensualmente cerca de $250.000 mes, o sea $8 al día que no representan ni lo que vale un desayuno de pobre.

Por esto es urgente crear conciencia de progenitores responsables para que nietos e hijos respondan por la supervivencia de sus abuelos y padres. No se en cuanto tiempo, pero 20 o 30 años es un tiempo razonable para ver resultados, si comenzamos ya. Mañana puede ser tarde.

Y agrego que haya cero embarazos en y por adolescentes y cero embarazos no deseados. Esta especie de medicina debe ser política de Estado.

APLIQUEMOS LA CONSTITUCIÓN.

Reitero la idea de que tenemos una constitución romántica, tal vez no la mejor en su redacción literaria, pero llena de buenas intenciones y como no la conocemos, no la aplicamos, me doy el trabajo de recordar los siguientes párrafos todos relacionados con la paz y especialmente con la paz en la familia. No todos son transcripción literal, pero si lo son en su esencia.

Invocando la protección de Dios y con el fin de fortalecer la sana convivencia, la justicia, la igualdad, la libertad y la paz, decimos que Colombia es un Estado social de derecho, fundado en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.

Son fines esenciales del Estado, promover la prosperidad general y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo y por eso las autoridades de la República están instituidas para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares quienes deben acatar la Constitución y las leyes, y respetar y obedecer a las autoridades.

El Estado, que somos todos, reconoce los derechos inalienables de la persona y ampara a la familia como institución básica de la sociedad, como núcleo fundamental de la sociedad.

La vida es sagrada, el derecho a la vida es inviolable y no habrá pena de muerte decretada por el Estado, ni por los particulares así se asocien en grupos con apariencia de defensores de la Constitución y las leyes. Tampoco puede haber torturas ni tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

Todos nacemos libres e iguales ante la ley y la familia, la sociedad y el Estado deben garantizar que no seamos desiguales negativamente ante la vida y que recibamos la misma protección y el mismo trato de las autoridades y que gocemos de los mismos derechos, libertades y oportunidades ante la ley y ante a vida, sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.

Las discriminaciones negativas, las condiciones de vida sin equidad, son prueba de la ausencia de estos principios que solo quedarían como letra muerta.