El empoderamiento y la defensa, apoyados por la alcaldía local, ha permitido conocer historias como la del colectivo Sofito, que nació para cuidar a las cuidadoras. Conoce su historia
Sofía Parada tiene 47 años, es madre presente de dos hijos y “de cinco peluditos Schnauzer” en su casa del barrio La Roca, cuenta con orgullo. Su sonrisa casi permanente y la calidez de su carácter tienen tras de sí una cotidianidad tan difícil como ejemplar. Sofía se recibió hace poco en educación física y decidió orientar su profesión en el cuidado de niños, mujeres y adultos mayores. Parte de esa decisión se relaciona con mejorar la calidad de vida de su madre, quien vive con ella y es sobreviviente de cáncer de seno.
Ser cuidadora es una vocación y la de Sofía va más allá de las fronteras de su hogar. Hace 3 años, esta madre, esposa e hija encontró un punto en común con varias de sus vecinas: el confinamiento producido por la pandemia de Covid-19 había cambiado radicalmente sus vidas y todas enfrentaron un gran agobio, que se reflejó en su estado físico y emocional. Buscando alternativas para superar esta situación, a pesar del encierro obligatorio, 10 de ellas, lideradas por Sofía, decidieron conformar el grupo deportivo Sofito, que se llama así por la unión ingeniosa de “el cuidado y las ganas de superarse de Sofía y todas en La Roca”, afirma Sofía, sonriente.
Moverse para ser más fuertes
¿Cómo reactivarse teniendo la imposibilidad de salir de sus casas? Inicialmente, este grupo de madres, tías y esposas presentes crearon espacios de encuentro, de manera autónoma, como muchos de nosotros durante el periodo especial de cuarentena: a través de plataformas virtuales. Por medio de las reuniones remotas, estas vecinas de la localidad se unieron para practicar deporte e intercambiar saberes cada semana, orientadas por Sofía y con apoyo de otras vecinas que también se interesaron por la experiencia colectiva de empoderamiento. Su convocatoria ha crecido al punto de contar con más de 50 mujeres deportistas, y dispuestas a seguir creciendo como personas.
Y es que varias mujeres de la localidad, sobre todo después de la pandemia, han experimentado una sensación creciente de riesgo en el transporte público, la calle e incluso, en sus hogares. Por ello, tras empezar a reunirse de manera presencial, han buscado capacitarse en temas de género, prevención de riesgos y fortalecimiento físico, para velar por el bienestar común de las mujeres en San Cristóbal.
En medio de esta necesidad generalizada, encontraron en la alcaldía local, a través del área de Mujer, Género y diversidad, el programa Mujeres Empoderadas en San Cristóbal que, además de haber entregado recientemente 600 alarmas personales entre mujeres de todas las edades, ha impulsado cursos y capacitaciones en sectores con altos índices de inseguridad y violencia basada en género.
Acciones de cuidado y autoprotección
La Alcaldía Local de San Cristóbal realizó una inversión de 40 millones de pesos para entregar la dotación de alarmas personales tamaño llavero, con una cinta que permite llevarlas alrededor del cuello. En caso de verse en una situación inminente de riesgo o amenaza, se activa tirando de un discreto seguro para emitir una sirena con intensidad de 120 decibeles y además, una linterna tipo LED que permite ubicar visualmente el origen de la alerta con solo presionar un botón.
Además, el proyecto activó capacitaciones en temas como prevención del feminicidio y violencias contra las mujeres, con una duración de tres meses. Esta se impartió en colegios públicos, salones comunales y mediante organizaciones vecinales, privilegiando las zonas con mayor incidencia en estas problemáticas, de acuerdo con cifras de la alcaldía local.
Adicionalmente, se organizaron cursos de autoprotección y defensa personal con profesoras y profesores de la academia Kyusho Kenpo, que enseña conceptos y técnicas defensivas de gran impacto con mínimo contacto, para evitar retaliaciones debidas al daño físico que puedan recibir los agresores. Las mujeres beneficiadas han aprendido a neutralizar al posible atacante por medio del contacto ligero en zonas del cuerpo que “resetean” el sistema nervioso, sin marcas o golpes contundentes y dan tiempo suficiente para activar las alarmas o escapar.
Mónica Bernal, directora del área de Mujer, Género y Diversidad de la Alcaldía Local de San Cristóbal, destacó que esta es “solo una muestra de la importancia que damos al empoderamiento de las mujeres en la localidad y de la gestión que venimos haciendo de manera conjunta, para que las violencias basadas en género sean solo un mal antecedente”, e invitó a que las mujeres se acerquen a la Alcaldía Local de San Cristóbal, para conocer la oferta de servicios para ayudarlas y empoderarlas y reivindicar sus derechos.
Esta iniciativa se suma a los silbatos entregados en Transmilenio, que sirven también para alertar a los transeúntes en caso de ser víctimas de acoso o violencia en el sistema de transporte público masivo. “Estos botones de pánico permiten alertar de situaciones de riesgo que se vienen generando contra nuestras mujeres. Buscamos reducir a cero los casos de violencia contra las mujeres de nuestra localidad y hacer de ello solo un precedente que debe quedarse allá, en el pasado más remoto de la historia humana”, puntualizó Juan Carlos Triana, alcalde local de San Cristóbal.