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Gobierno Petro buscará la sustitución voluntaria de al menos 100 mil hectáreas de coca

Colombia buscará sustituir voluntariamente en los próximos cuatro años 100.000 hectáreas de hoja de coca, la materia prima de la cocaína, en un cambio de su política que se enfoca más en la incautación de la droga que en la erradicación de cultivos ilícitos, dijo el jueves un alto funcionario del Gobierno.

«Nosotros si tenemos un compromiso que se adquirió en los diálogos de alto nivel con Estados Unidos que es sustituir el 50% de lo que había en el 2021, es decir 100.000 hectáreas», dijo en una entrevista con Reuters, Felipe Tascón, director técnico de la Dirección de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito.

«Todo el mundo dice que esa meta es una locura, si uno la concibe con un criterio policivo de que tiene que ser obligando a la gente, es un imposible. Si uno la concibe como un criterio económico, que es darle oportunidades económicas a esas familias para que produzcan otra cosa, es lograble», afirmó en su oficina del centro de Bogotá.

ALTERNATIVAS DE SUSTITUCIÓN

Tascón, un economista con 25 años de experiencia en temas relacionados con drogas ilegales, economía campesina y desarrollo comunitario con énfasis en la sustitución de cultivos de uso ilícito, dijo que después de la firma del acuerdo de paz de 2016 con la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se sustituyeron voluntariamente 46.000 hectáreas de hoja de coca.

Sin embargo, el Estado incumplió los acuerdos a los campesinos involucrados en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos, por lo que es necesario eliminar trabas burocráticas para su implementación con éxito, sostuvo el funcionario gubernamental.

Tascón reveló que la sustitución incluye cambios a cultivos de café, de ají, proyectos de piscicultura, de infraestructura como construcción de carreteras con la financiación de maquinaria, servicios de comunicaciones o negocios verdes que incorporan buenas prácticas ambientales, sociales y económicas.

El desplome del precio de hoja de coca está contribuyendo a la inseguridad alimentaria en Colombia y provocando desplazamientos, debido a que la gente abandona las zonas que dependen del cultivo ilícito, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.

Hasta antes de la llegada de Petro a la Presidencia, en agosto del 2022, la política contra las drogas se enfocaba en la erradicación de los cultivos de hoja de coca y en el 2020 se alcanzó una cifra récord de 130.147 hectáreas.

Colombia suspendió desde el 2015 la fumigación aérea de los cocales con el químico glifosato acogiendo una recomendación de la Organización Mundial de Salud que considera el herbicida como potencialmente cancerígeno y nocivo para la salud y el medio ambiente. Petro anunció que mantendrá esa restricción.

Las autoridades buscan decomisar en el 2023 una cifra sin antecedentes de 834 toneladas de cocaína, por encima de las 671 toneladas del año pasado.

Colombia cerró el 2021 con 204.000 hectáreas de hoja de coca y una capacidad potencial de producción de cocaína de 1.400 toneladas métricas, cifras récord en más dos décadas, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) que aún no ha revelado las cifras del 2022.

El presidente Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierda en la historia del país, comenzó un cambio de la política antidrogas que se enfoca más en el decomiso de cargamentos de cocaína, en la destrucción de laboratorios para procesarla y en la persecución de los grandes capos en lugar de enfocarse en la destrucción de los cultivos de hoja de coca y el encarcelamiento de los cultivadores.