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Falleció a los 91 años el maestro Fernando Botero, ícono universal del arte

–El gran pintor y escultor colombiano, Fernando Botero falleció este viernes a los 91 años de edad, tras complicaciones de salud, en su casa en el principado de Mónaco.

‘El más universal de los artistas colombianos’, como ha sido llamado Botero, padecía neumonía, por lo que tuvo que ser llevado a un hospital. Sin embargo, decidió atender su enfermedad en su casa, por lo que abandonó el centro de salud.


Nacido en Medellín, en 1932 Fernando Botero, fue y seguirá siendo el artista originario de Latinoamérica más cotizado y un icono universal del arte.

Se graduó en 1950 en el Liceo de la Universidad de Antioquia, en su ciudad natal. Posteriormente viajó a España para estudiar a los grandes maestros de la pintura española (en especial a Goya y Velázquez).


Sus primeras obras de retratos, paisajes y escenas costumbristas estaban realizadas con una pincelada muy suelta, que se iría empastando progresivamente, al tiempo que tanto la perspectiva como las figuras se volvían arbitrarias. A principios de los años sesenta, Fernando Botero se estableció en Nueva York, donde sus pinturas le granjearon una notable popularidad en el mercado artístico estadounidense. Entre sus obras más conocidas cabe destacar La alcoba nupcial, Mona Lisa a los doce años y El quite.


Su traslado a París coincidió con sus primeros trabajos escultóricos, que compartían las características de su obra pictórica.


El estilo de Botero, plenamente figurativo, se caracteriza en lo plástico por cierto aire naïf, y en lo temático por la representación de personas y animales siempre como figuras corpulentas, incluso claramente obesas.


En la década de 1980 Fernando Botero se convirtió en uno de los artistas vivos más cotizados del mundo, y algunas esculturas suyas realizadas en bronce, mármol y resina fundida (Mujer a caballo, Perro, La corrida, etc.) pasaron a ser parte integrante del paisaje urbano de muchas ciudades.


Inicialmente Botero se desarrolló en el campo del dibujo y posteriormente pasó a la pintura y la escultura. En la década de 1950 estuvo entre Europa, México y EE.UU.

En España asistió por un lapso breve a la Academia de San Fernando de Madrid y en Italia a la Academia de San Marcos de Florencia. Sin embargo, ha dicho que se considera «autodidacta» y que su aprendizaje lo obtuvo «leyendo, mirando museos y, sobre todo, pintando».

Sobre su particular estilo, que ha sido su sello mundialmente reconocido, recoge Semana, que en 1956, mientras estaba en México, dibujó una mandolina a la que le hizo la abertura central muy pequeña y ahí se dio cuenta de que el instrumento «multiplicó su tamaño y las proporciones sufrieron un cambio radical».

El artista colombiano dijo en distintas oportunidades que no pinta ‘gordos’, como popularmente se afirma, sino que trabajaba con el volumen.

Al definir sus creaciones, dijo que eran «una protesta contra la pintura moderna», a pesar de que se valía de recursos conocidos como el arte figurativo y realista.

«Jamás doy una pincelada que no describa algo real: una boca, una colina, un cántaro, un árbol. Pero la que describo es una realidad encontrada por mí. Podría formularse de este modo: yo describo en una forma realista una realidad no realista», aseguró.

A la corriente que el artista Fernando Botero desarrolló se le conoce como el ‘Boterismo’. Se le distingue por exaltar la volumetría que otorga a las figuras un carácter tridimensional, fuerza, exuberancia y sensualidad, haciendo alusión a cuerpos reales. (Información Biografías y Vidas y cuenta Twitter del maestro).