Judicial Nacional

Falsos positivos en el Casanare: «Los muertos no hablan»

–En Yopal, Casanare, se cumplió este lunes la primera de dos jornadas de la audiencia pública en la que 24 comparecientes reconocen su responsabilidad en ‘falsos positivos’ que dejaron 303 personas muertas en este departamento entre 2005 y 2008.

En la audiencia, que finaliza este martes, participan 116 víctimas que fueron acreditadas ante la JEP, cuyos familiares fueron asesinados y presentados como guerrilleros muertos en combate.

“Aquí estamos esposas, hijos y madres de aquellas víctimas que Casanare tuvo. El horroroso, horrendo caso de niños, menores de edad acribillados. ¿Cuántas personas discapacitadas ustedes asesinaron?”, exclamó Astrid Sanabria, cuyo esposo fue una de las víctima de los falsos positivos.

La JEP estableció que en Casanare al interior de la Brigada XVI operó una red criminal integrada por 367 miembros que se encargaba de hacer las ejecuciones extrajudiciales.

Derly Patiño, la esposa de un campesino asesinado por los militares para ser presentado como dado de baja en combate, fue quien primero alzó la voz para preguntar en la audiencia: «¿Quién les dio la orden?».

La respuesta fue clara: el general Henry William Torres Escalante, quien, según los comparecientes, se encargaba de planear, ejecutar y encubrir las ejecuciones.

El teniente retirado del Ejército Fabián García Céspedes, confesó, incluso, que el general Torres Escalante le dio 45 millones de pesos para que cambiara su versión sobre los «falsos positivos» y no lo involucrara en los crímenes.

“Cuando estaba recluido en Tolemaida yo recibí dinero del señor general Torres Escalante. $45 millones de pesos, hubo un intermediario, y era con el fin de cambiar unas versiones”, declaró el oficial.

El magistrado Oscar Javier Parra Vera» dijo a los comparecientes que la audiencia pública se realizaba con «la idea es que el país entienda por qué», cometieron estos crímenes.

El compareciente Wilson Rodríguez Mimisica respondió que una manera de entenderlo es una expresión que dijo en una reunión el general (r) Torres Escalante: «los muertos no hablan».

«Valga la pena decir que manifestamos nuestra complacencia con quienes han aceptado contar la verdad, por dura que sea, en este escenario», dijo Jacobo Rivera Gómez, sobreviviente de un ataque del Gaula Casanare, en agosto de 2007.

Astrid Sanabria, esposa de Eiber Isidro Mendoza, quien fue asesinado en marzo de 2008, pidió a «los medios nacionales que fueron tan rápidos para dar una desinformación y señalarnos de guerrilleros o extorsionistas (…), así mismo corran a dar esta noticia».

Astrid exigió a los comparecientes que esclarezcan las muertes de otras víctimas. La magistrada Catalina Díaz dio las gracias a Astrid por «recordarnos que un primer paso para la reparación es contribuir a restablecer el buen nombre y la honra de las víctimas».

A su turno, Yohanna Torres, víctima de falsos positivos,declaró: “Desde los 13 años he tenido pesadillas del asesinato de mi padre y mi hermano. Nos quitaron la niñez y de crecer en el hogar de un amor con padres. No estamos aquí para mendigar la verdad, sino para exigirla”.

Edwin Leonardo Toro Ramírez, teniente retirado, quien fue comandante del grupo Delta 5 y miembro del Gaula Casanare, relató cómo al llegar a la Brigada XVI comprendió la dinámica de asesinar a personas para presentarlas como bajas en combate.

El teniente (r) Marco Fabián García Céspedes, comandante de varios grupos especiales de unidades de la Brigada 16, dijo: «Ofendí profundamente, con la convicción errada de actuar bien ante mis superiores, mientras yo me hacía el ciego y el sordo ante el dolor de muchas personas. Tal vez yo mismo soporté este dolor y jamás se me había permitido materializarlo como hoy».

Faiber Amaya, ante los cuestionamientos de los magistrados, contó que los señalamientos contra el joven Jair Tarache y contra su padre, provinieron de la seccional de inteligencia a través de Jaime Alberto Oliveros Arrieta.

Amaya también mencionó cómo se llevó a cabo el asesinato de los jóvenes Jonathan Mauricio Parrado Leyton y Urías González Delgado. «Estos jóvenes fueron sacados con engaños desde Villavicencio por el señor Rodríguez Mimisica», relató.

El compareciente mencionó a otras víctimas inocentes asesinadas y presentadas como resultados operacionales y reiteró que «no solo quiero reconocer los delitos que cometí, quiero reconocer los daños que les fueron causados a los familiares de las víctimas», dijo.

El capitán retirado Jaime Alberto Rivera Mahecha, reconoció que entre noviembre de 2006 y noviembre de 2007 se convirtió en criminal. «Aporté a la desaparición forzada de personas inocentes y posteriormente a su asesinato, no cumpliendo las funciones que debía cumplir como jefe de inteligencia», precisó.

Añadió que no cumplió con sus funciones como jefe de inteligencia militar y contribuyó para que «todo este engranaje macabro criminal continuara desde el momento en que llegue a esa brigada».


Entre los comparecientes a la audiencia pública, en calidad de autores mediatos, están el mayor general (r) Henry William Torres Escalante, el mayor (r) Gustavo Enrique Soto Bracamonte y el teniente coronel (r) Henry Hernán Acosta Pardo.

Así mismo, comparecen César Augusto Cómbita Eslava, Jorge Eduwin Gordillo Benítez, Wilfrido Domínguez Márquez, Gildardo Antonio Jiménez Castrillón, Wilson Camargo Tamayo, Jaime Alberto Rivera Mahecha, Edwin Leonardo Toro Ramírez, Jhon Alexander Suancha Florián, Gélver Pérez García, Marcolino Puerto Jiménez, Marco Fabián García Céspedes, Miguel Andrés Sierra García, Erwin Eduardo Duarte Rojas, Leandro Eliécer Moná Cano, Alexander González Almario, Wilson Salvador Burgos Jiménez, Wilson Rodríguez Mimisica, Miguel Fernando Ramírez, Zamir Humberto Casallas Valderrama, Faiber Alberto Amaya Ruiz y Orlando Rivas Tovar.