Internacional

Cumbre presidencial para discutir crisis migratoria este domingo en México; han confirmado asistencia Gustavo Petro y otros 7 mandatarios de América Latina

–El Gobierno mexicano informó este viernes que 8 mandatarios de América Latina y el Caribe, entre ellos Gustavo Petro de Colombia, han confirmado su asistencia a la cumbre convocada para este domingo 22 de octubre por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de discutir y buscar fórmulas de solución al creciente flujo de migrantes en la región.

Entre los mandatarios que han confirmado su asistencia figuran: Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Gustavo Petro, de Colombia; Xiomara Castro, de Honduras; Ariel Henry, Primer Ministro de Haití; Guillermo Lasso, de Ecuador; Nicolás Maduro, de Venezuela, y, Alejandro Giammattei de Guatemala.

El presidente mexicano indicó que, en caso de que algún presidente no pueda asistir, será representado por sus vicepresidentes o cancilleres.

Aún se espera la confirmación de los mandatarios de El Salvador, Belice, Costa Rica y Panamá.

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, luego de su intervención en el encuentro mexicano, seguirá hacia China, donde sostendrá conversaciones con el presidente Xi Jinping en torno a diferentes temas de interés común, entre ellos el magaproyecto del Metro de Bogotá.

En el encuentro, que se cumplirá en Palenque, Chiapas, López Obrador buscará una propuesta común de la región sobre migración, la cual será presentada en noviembre al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Esta reunión se lleva a cabo en un contexto donde México y Centroamérica enfrentan un flujo migratorio «sin precedentes», con hasta 16 mil migrantes que llegan diariamente a las fronteras mexicanas. López Obrador ha enfatizado la importancia de atender las causas de la migración y no solo enfocarse en medidas de contención o militarización de fronteras.

Al ser cuestionado sobre si solicitará a los países latinoamericanos detener a los migrantes antes de llegar a México, el presidente señaló que todos los gobiernos están haciendo lo posible para atender la situación migratoria, considerando las dificultades económicas y conflictos que enfrentan algunos países.

A propósito de la cumbre en México, la organización Médicos sin Fronteras envió un mensaje exhortando a los gobiernos de América Latina y el Caribe a que actúen de forma coordinada para hacer frente a la crisis humanitaria que sufre la población en movimiento en el continente, que alcanza números récord este año.

Estos son los términos del mensaje:

“Estamos asistiendo a una crisis humanitaria sin precedentes, con un número inédito de personas migrantes que sufren las consecuencias de la inacción, la falta de atención y la ausencia de coordinación en proveerles de servicios básicos.

Esperamos que tras esta reunión de altos dignatarios, el enfoque cambie hacia las causas de la migración, porque lo que observamos son prácticas de control y restricción de movimientos, que provocan estigmatización, precarización de las condiciones de vida y un mayor riesgo para estas poblaciones”.

La falta de servicios hace que, en general, en toda la geografía mexicana, e incluso en la capital del país, se produzcan aglomeración y hacinamiento de personas migrantes, que se ven obligadas a vivir en asentamientos informales, en la calle, en condiciones insalubres. Esta situación afecta gravemente su salud física y emocional, pero también las expone a mayores riesgos en ciudades fronterizas peligrosas donde son víctimas de distintos tipos de violencia.

Esta violencia no se limita a México, sino que está presente a lo largo de la ruta en el continente. Alcanza máximos en la selva del Darién, donde las personas migrantes se enfrentan a un camino de brutal dureza durante días en el que además se exponen a criminales que los roban con violencia extrema, en la que se incluye violencia sexual. También es visible más al norte en Honduras y Guatemala, donde las personas atendidas por nuestra organización relatan los abusos a los que son sometidos, incluso por algunos funcionarios oficiales.

Si la violencia es denominador común a lo largo de la ruta, lo es también la acuciante falta de servicios básicos que, combinados, suponen un riesgo enorme para la vida y salud de las personas migrantes. A la imposibilidad de abastecerse de comida y agua potable por falta de dinero tras haber sido asaltados o extorsionados en la ruta, se suma el hacinamiento y la falta de servicios de saneamiento al que se ven expuestas estas poblaciones.

Las patologías y los pacientes atendidos por los equipos de nuestra organización reflejan las condiciones pésimas de vida en la ruta: diarreas y enfermedades gastrointestinales por beber agua no potable, enfermedades respiratorias por dormir a la intemperie, heridas abiertas en la piel por extensas jornadas de caminata, niños con peso inadecuado por falta de comida, mujeres embarazadas sin control prenatal, heridas y magulladuras, agotamiento extremo, etc. A lo que se suma el impacto que todo ello tiene en la salud mental de las personas que migran.

Son familias enteras, mujeres, bebés, adolescentes, niños e incluso ancianos. Su exposición a la violencia es mayor, así como su vulnerabilidad y sus necesidades. Los gobiernos de la región les dejan tremendamente desprotegidos.

Migrar no es un delito. El blindaje de las fronteras y su militarización, o las políticas represivas de deportación y persecución no reducen los flujos migratorios, sino que conducen a las personas migrantes a las mafias criminales y reducen su acceso a los servicios básicos.

La migración seguirá ocurriendo, inevitablemente, y tenemos que estar preparados para proteger y atender a los que migran. Los líderes políticos tienen mucho por hacer y tienen que hacerlo ya si de verdad quieren evitar mayor sufrimiento”, concluye.