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Argentina define este domingo presidencia entre Massa y Milei, entre indecisos y desencanto social

–Este domingo los argentinos, en segunda vuelta, tendrán que elegir a su nuevo presidente entre el actual ministro de Economía, Sergio Massa, y el economista de ultraderecha Javier Milei. En un balotaje que se avizora muy parejo, en el cual se dirimirá la conducción de un país sumido en una profunda crisis económica y polarización social.

“La situación económica en general, el poder adquisitivo y el humor de los consumidores quedó muy deteriorado desde las elecciones primarias de agosto, cuando se aceleró el ritmo de inflación y devaluación de la moneda”, agregó el economista jefe de la consultora Invecq, Matías Surt.

Según el analista, este panorama es el que le permitió al libertario Milei capitalizar el enojo social para alcanzar la segunda vuelta electoral y, al mismo tiempo, el que le posibilitó al oficialista Massa a desplegar una red de ayudas sociales y asistencia económica para lograr el apoyo necesario para llegar al balotaje.

Sergio Massa, actual ministro de Economía y candidato por el espacio oficialista Unión por la Patria, fue el más votado en la elección general de octubre con el 36,68 % del total de los votos. En segundo lugar se ubicó Javier Milei, de La Libertad Avanza, con el 29,98 % de los sufragios.

Pero, de cara al balotaje, los ojos y las estrategias de los dos candidatos se concentraron en seducir a los indecisos y al electorado que votó por Patricia Bullrich, representante de la centroderecha, quien finalizó tercera con el 23,83 % de los sufragios, o los que eligieron por el gobernador de la provincia de Córdoba, el peronista Juan Schiaretti, que se ubicó en cuarto lugar con el 6,78 %.

“En prácticamente todos los procesos electorales los votantes indecisos son clave, pero en este lo son aún más dado que todos los pronósticos indican resultados muy cerrados”, analizó el politólogo Patricio Giusto ante la consulta de la VOA.

Por su parte, la analista y politóloga Nayet Kademian consideró que, pese a que “los candidatos proponen modelos de país totalmente diferente y que la población está yendo a votar con mucho enojo”, pareciera ser que “la ciudadanía finalmente se terminará volcando por alguno de ellos dos y no habrá tanto voto en blanco”. El interrogante es por quién se inclinarán.

En la misma línea, el consultor Federico González explicó que hay dos tipos de indecisos. En primer lugar, lo que él llama los “indeciso light (ligero)” que no les convence ninguno de los dos candidatos. Mientras que, en segundo lugar, se ubica el que siente que “tiene que elegir entre dos males con un dilema doble negativo”.

De todos modos, González entiende que “la fuerza decisoria siempre tiende a ser un sprint final para que las personas vayan a votar”. Es algo que él cataloga como una “preferencia pasiva” donde el ciudadano definirá su voto “aunque no se anime a revelarlo en público”.

El resultado de la segunda vuelta presidencial este domingo en Argentina plantea dos proyectos de país contrapuestos de los candidatos, Sergio Massa y Javier Milei. El deseo de cambio total y la necesidad de continuidad democrática se enfrentan.

Argentina elige entre el ministro de Economía, el peronista de centro Sergio Massa (Unión por la Patria), y el candidato libertario de extrema derecha Javier Milei (La Libertad Avanza). Varias encuestas pronostican un empate técnico entre Massa y Milei, con un resultado muy ajustado.

La antesala de la primera vuelta del 22 de octubre estuvo rodeada de escándalos de corrupción que salpicaron al oficialismo. Ahora surgen acusaciones de un presunto espionaje ilegal por parte de funcionarios kirchneristas, y desde el partido del candidato emergente Milei hubo denuncias anónimas de «fraude electoral”.

Desde un principio, el economista Milei jugó con una imagen agresiva y hasta violenta. Sus arriesgadas promesas iniciales de arrasar con la «casta política” y recortar al mínimo la presencia del Estado a fuerza de «motosierra” pasaron a ser, a tres días del balotaje, más moderadas: «No vamos a privatizar la educación, no vamos a privatizar la salud”, promete el candidato. Pero mantiene sus planes de dolarizar la economía y cerrar el Banco Central Argentino.

En el cierre de campaña, el abogado Sergio Massa admitió errores en su gestión como ministro de Economía y pidió disculpas, prometiendo bajar la inflación a la mitad en 2024 y el déficit fiscal «a cero”, e hizo hincapié en los históricos beneficios que perderían los ciudadanos si ganara Milei. Una «campaña del miedo”, según la oposición.

«Posiblemente, por lo que está en juego, esta sea la elección más importante desde la recuperación de la democracia, hace 40 años, hasta la fecha”, dice a DW Sergio Balardini, director de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert (FES), cercana al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), desde Buenos Aires.

«En términos políticos, hay una colisión de proyectos. Pese a eso, hay una demanda de cambio mayoritaria”, agrega Balardini. Sin embargo, Milei expresa el cambio «en fórmulas de ruptura total con el sistema político preexistente, incluyendo los sindicatos y hasta sectores empresarios”.

Y su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, «ha defendido a militares con sentencias de prisión perpetua por toda clase de violaciones a los derechos humanos”, subraya. Además, Milei ha negado el cambio climático y los derechos de paridad para las mujeres. En contraposición, «Massa cuenta con capacidad de diálogo, tanto con sectores empresarios como sindicales, que, en Argentina, tienen gran capacidad de bloqueo”, recuerda Balardini.

«Este balotaje es algo fuera de lo normal, porque mucha gente todavía no sabe por quién votará el domingo. Para muchos, ambas opciones son insatisfactorias”, dice Susanne Käss, directora de la sede en Buenos Aires de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), cercana a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, en entrevista con DW. Aunque el voto en blanco no cuenta para el escrutinio, todavía hay una gran cantidad de indecisos. Y el voto de los jóvenes podría ser decisivo.

Pero la cuestión central es si alguno de ellos logrará resolver la peor crisis económica en más de dos décadas. «Los argentinos esperan una devaluación muy fuerte en la semana posterior al balotaje, que tendrá un impacto directo en la inflación”, dice Susanne Käss.

«Gane quién gane, gobernará en una situación socioeconómica sumamente delicada”, subraya.

«Será inevitable que haya un ajuste económico”, afirma, por su parte, Sergio Balardini, pero ¿a qué sector afectará, y en qué tiempo? Esas primeras definiciones nos hablarán de las resistencias que podrían generar y de su viabilidad política y social”, explica.

Sergio Massa apuesta a la «unidad nacional”. ¿Será eso posible con un Congreso fragmentado? Ninguna fuerza tendría la mayoría absoluta, y el próximo gobierno tendrá, claramente, que negociar. De ganar Massa, Sergio Balardini le augura, sin embargo, «gran libertad decisoria y de acción», ya que, al contrario de lo que señalan sus detractores, «sería un gobierno de escasa presencia kirchnerista».

Según Michael Álvarez Kalverkamp, director de la oficina en Buenos Aires de la Fundación Heinrich Böll (HBS), aliada al partido alemán Los Verdes, «hay ciertos sectores conservadores de la sociedad que, en un ambiente muy caldeado y frente al estancamiento del kirchnerismo y del peronismo en general, suman votos para Milei. Y la maniobra de Macri de unir a Juntos por el Cambio con La Libertad Avanza contribuyó con eso”. Massa «es una persona capaz de tender puentes para superar la grieta”, sostiene Kalverkamp, es decir, la profunda polarización en el país.

Para Kalverkamp, «un amplio sector del centro de la sociedad se ha concientizado de que la candidatura de Milei es una aventura disruptiva que encierra un peligro para la institucionalidad democrática del país. Y no quieren poner en juego los logros y consensos de los últimos 40 años».

A pesar de todos los problemas, «Argentina es, hasta el día de hoy, una de las democracias más estables de América Latina», subraya, «y eso es un valor que mucha gente quiere mantener». Según el analista, «la estrategia de los libertarios de denunciar un fraude en la primera vuelta es parte del manual de la derecha extrema internacional, como funcionó en el caso de Trump y de Bolsonaro».

Susanne Käss, de la KAS, señala que «la gestión de Massa es un poco más previsible, porque además contará con el apoyo de sectores de la Unión Cívica Radical (de centro-centroizquierda), que puede ayudarlo en ciertos procesos legislativos. En el caso de ganar Milei, la situación será mucho más incierta». Pero le preocupa que «mucha gente está muy desilusionada, y hay un completo desencuentro entre política y ciudadanía”. Lo cierto, destaca Käss, es que «en Argentina, todo puede pasar».

Al caminar por las calles del centro de la Ciudad de Buenos Aires es fácilmente palpable la inconformidad de la sociedad sobre el rumbo del país y los candidatos que competirán en el balotaje para convertirse en presidente.

“Prefiero votar en blanco porque ninguno de los dos me da confianza, no les creo”, señaló convincente David mientras se dirige a su trabajo en la icónica avenida Corrientes, a metros del Obelisco.

“La verdad que no sé a quién votar, pero no porque los dos tengan ideas que me convenzan y me gusten, sino todo lo contrario, ambos candidatos me parecen impresentables y terminaré eligiendo entre lo que pienso es el mal mejor”, contó Catalina, una mujer que tiene un local de depilación que prácticamente se encuentra quebrado por la grave crisis económica.

A lectura de los analistas, estos testimonios son el fiel reflejo de lo que siente la sociedad argentina. “Esta elección se está jugando entre dos emociones”, le explicó a este medio la politóloga Nayet Kademián, para luego agregar: “Una es el miedo que genera Milei en aproximadamente la mitad de la población y, la otra, la desconfianza que despierta Massa en prácticamente la otra mitad de la sociedad”.

Dicha situación genera que muchos de los que no votaron ni por Massa ni Milei en la elección general duden en hacerlo ahora o se vuelquen hacia alguno de los dos candidatos sin un convencimiento absoluto.

Con todas estas aristas en juego, más de 35 millones de argentinos están habilitados para dirigirse a las urnas y votar al presidente del país por los próximos cuatro años. Las interrogantes sobre el desenlace son muchas, como así también el comportamiento que tendrá este electorado clave de indecisos y de centroderecha. (Información DW y VOA).