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Gobierno anunció inversión de un millón de dólares durante tres décadas para restauración y protección del Parque Chiribiquete

–Durante 30 años el Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete recibirá un millón de dólares anuales para su protección, donados por el Gobierno de Alemania. Con 4.268.095 hectáreas, esta área protegida es la primera y más grande de Colombia en contar con un programa de inversión constante a través de la cooperación internacional.

La inversión permitirá cubrir el 25 % del total de recursos que requiere el parque para su funcionamiento y desarrollar procesos de restauración ecológica participativa, actividades de prevención, control y vigilancia.

“Este lanzamiento del fondo a perpetuidad para conservar el Chiribiquete es un hito para la cooperación ambiental. Siempre hemos pensado que necesitamos grandes recursos, y sí los necesitamos, pero constantes. Para nosotros este es un hito para la COP16, que demuestra que necesitamos un manejo real y no solo declarar áreas protegidas sino, en realidad, cómo las protegemos”, señaló la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.

El fondo alemán Legacy Landscapes Fund (LLF) incluyó en su portafolio el Parque para hacer realidad el programa de inversión, luego de un proceso de formulación liderado por Parques Nacionales Naturales de Colombia, que, junto a la ONG Sociedad Zoológica de Frankfurt, estará encargada de administrar los recursos.

En el acto, el presidente Gustavo Petro sostuvo que el ganado proveniente de Venezuela, comprado por narcotraficantes colombianos a bajos precios en el vecino país y traído por la porosa frontera común, se está convirtiendo en el principal depredador de la selva amazónica.

El mandatario aseguró que esta modalidad delictiva es una forma de lavado de activos que debe ser analizada.

Según explicó, el análisis no debe limitarse solamente a las obras civiles que se están construyendo desde Villavicencio hasta Chiribiquete por el borde oriental de la Serranía, sino que hay otra razón de peso que está convirtiendo la selva en “potreros” y no propiamente para los cultivos de coca, que, dijo, también los hay.

“Es un problema de los narcotraficantes, no es un problema político nacional y del mundo; ese ganado es el principal motor económico de la depredación de la selva. El que hace eso quiere tener una hacienda grande como se tiene en la costa Atlántica, con ganado. Es una cultura feudal de creer que tiene poder el que tiene tierra, pues eso ya no se usa en Europa ni en los Estados Unidos, pero aquí sí”, sostuvo.

El jefe de Estado explicó que el pensar del narcotraficante es que en Chiribiquete “solamente es cortar los árboles y ya se tiene una hacienda. Esa es una cultura económica premoderna”, dijo, y se preguntó: “¿Por qué ese ganado está tan lejos del principal mercado consumidor de carne de Colombia, que es Bogotá? ¿Por qué se está tumbando el bosque para meter más ganado?”.

Y aunque advirtió que no se atreve a dar una respuesta exacta, planteó una hipótesis: “Ese ganado viene de Venezuela porque allá necesitaban dólares, porque bloquearon a ese país. Esa idea de bloquear a Venezuela trajo el ganado que estaba ya en la altillanura para la selva amazónica, se convirtió en un motor de la depredación y de la destrucción. Este es uno de los efectos que está produciendo la depredación de la selva amazónica y que hay que analizar, porque en la discusión política mundial esto no apareció como parte del análisis”, señaló.

El presidente Petro ahondó en su hipótesis así: “Unos narcotraficantes colombianos con muchos dólares pueden comprar todo el ganado de Venezuela a bajo precio porque se bloqueó a ese país y allá necesitan los dólares. Se trae por la frontera, que es porosa, no tiene guardas, no hay guardaparques, no hay Estado propiamente, y va entrando poco a poco a las haciendas nuevas de praderas que van hacia Chiribiquete y otros lugares”.

Agregó que son los campesinos que traen los propios narcotraficantes, o que llegan desplazados de otras regiones, quienes cuidan esa “economía premoderna”; entonces llegan a Chiribiquete, “donde les pagan por tumbar la selva, y quien les paga se va a quedar con su gran hacienda a esperar que llegue un gobierno a que le titule su hacienda, como pasó en los Llanos del Yarí o en el Caquetá. Es un mecanismo de lavado de activos”, afirmó el mandatario.

El jefe de Estado reiteró que destruir la selva acaba la posibilidad de vida humana. “Es un problema mundial; no se resuelve con bombardeos, no se resuelve con más armas, sino con otra economía que conviva con la selva”, y que se refiere al turismo sostenible, amigable con el bosque.

“A esa gente que está tumbando la selva se le podría decir: ‘Hermano, usted va a ganar más plata; en vez de tener ese ganado flaco por ahí, pasteando, y tumbando selva, podría tener un restaurante, etc.’. No se podría hacer un turismo a lo Cartagena, a lo Medellín, a lo Bogotá, se tendría que hacer un turismo de contemplación de la naturaleza”, aseguró.