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Excanciller Álvaro Leyva afirma que viajó a Caracas invitado por Maduro «sin mandato alguno» y notifica que repetirá el encuentro «tantas veces como pueda ser útil a la democracia y la paz»

–El excanciller Álvaro Leyva Durán rompió su silencio sobre la reunión que sostuvo con el presidente Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores, desmintiendo haber sido enviado por el presidente Gustavo Petro, pues afirma que lo hizo «sin mandato alguno» y por invitación del mismo mandatario venezolano.

«En efecto, atendí la cordial invitación que me formuló el presidente Nicolás Maduro. Viajé a Caracas sin mandato alguno. Desprovisto de cargo oficial», precisó Leyva Durán en su cuenta en la red social X.

«Lo interpreto todo como un reconocimento a las tareas que siempre he desempeñado en función de la búsqueda del entendimiento, la concordia y la verdad», subrayó.

Además señaló que su relación con Maduro «es de confianza creadora» y que por eso fue a la cita, en la cual, subrayó, tuvo una «muy franca y excelente conversación», un «rato ameno y amigable. Constructivo».

Igualmente detalló que continuó su visita a Caracas con una entrevista con con la Vicepresidenta Delcy Rodríguez.

«La conozco de tiempo atrás», afirmó y añadió: «Trajinamos juntos en el exterior temas de mutuo interés a partir de la reanudación de las relaciones colombo-venezolanas que me correspondió impulsar desde antes de asumir la Cancillería».

Y complementó: «Dialogo claro, tranquilo, amistoso, tuvimos. Hoy, además de la Vicepresidencia, Delcy Rodríguez tiene a su cargo el Ministerio del Petroleo».

Leyva Durán notificó que repetirá el encuentro «y pronto» con Maduro. «Tantas veces como pueda ser útil a la democracia y la paz, allí estaré».

Señaló finalmente que «Venezuela-Colombia. Somos una misma historia, somos una sola nación».

De hecho, la víspera el canciller Luis Gilberto Murillo aseguró que la reunión entre Nicolás Maduro y el excanciller Álvaro Leyva fue a título personal y no en representación del Gobierno. No obstante, resaltó que Leyva Durán ha sido un hombre comprometido con la democracia y la paz y avaló este tipo de apoyo a la gestión del Gobierno colombiano en el caso de Venezuela.

«Como el presidente Gustavo Petro lo ha dicho hay que buscar la paz política en Venezuela», subrayó Murillo y el excanciller «es alguien que tiene contactos» y además «conoce muy bien estos temas».

Indicó que acompañó a Leyva Durán con Ecuador en los Estados Unidos a varias reuniones a confidenciales en Caracas otras en Washington, tanto con representantes del Gobierno de Venezuela como con representantes de la oposición.

«Creo que todo el que pueda aportar hoy a la solución de fondo a los desafíos de paz política en Venezuela debe hacerlo. Nosotros vemos con buenos ojos este tipo de apoyo. Lo hizo a título personal, porque él es una persona comprometida con la paz», puntualizó.

En la misma cuenta en X, el excanciller Leyva Durán detalló el pasado martes que se reunió con el expresidente Alvaro Uribe Vélez, destacando que es una «figura significativa de la historia de Colombia, jefe natural del Centro Democrático», que «goza de la máxima preeminencia para ser convocado a los diálogos que deben conducir a aliviar tensiones y al logro de caminos de reconciliación total».

El miércoles 28 de agosto, Leyva Durán, escribió una extensa nota en X, en la cual se refirió a diferentes temas del acontecer nacional.

Este es el texto:

Dicen los entendidos que el palo no ha estado para cucharas. Quienes se dedican a especular sobre temas nacionales consideran que, por esa razón, cansado de los sinsabores y dificultades, el presidente Petro resolvió acudir a una especie de mago para ver si era capaz de enderezar el camino maltrecho. Así las cosas, sacó de un cubilete, como por arte de magia, a su nuevo Ministro del Interior. Al doctor Juan Fernando Cristo, abogado; ¿médico? ¿maquillador? El hombre no es mal tipo. Es un buen señor. Y tiene sus virtudes. Una de ellas, ser gran trapecista. Ha servido a varios gobiernos. Pero miren ustedes: A las primeras de cambio parecería que cree que el remedio que debe aplicarse a la fiebre nacional es un acetaminofén. Cero oxígeno. Ni un poquito de suero. Pero querido señor ministro, con ácido acetil salicílico la nación no va a ninguna parte. El país está seriamente enfermo.

Aquello del fast track no resuelve nada. Como tampoco dejar ciertos temas y soluciones para la nueva administración: la del 2026 en adelante. Lo señalo porque así lo ha manifestado el señor ministro. Qué tal esa ciudadanas y ciudadanos. O, a la manera de un Tarzán de la política, “yo solito arreglo todo en el congreso”. Doctor Cristo, no se entiende como usted no se ha dado cuenta que la solución está a la mano. Léase aquel aparte del Acuerdo de la Habana sobre el cual recae una declaración unilateral de Estado de buena fe que a su tenor reza: “El gobierno nacional de Colombia y las FARC-EP, con el ánimo de consolidar aún más las bases sobre las que edificará la paz y la reconciliación nacional, una vez realizado el procedimiento de refrendación, convocarán a todos los partidos, movimientos políticos y sociales, y a todas la fuerzas vivas del país a concertar un gran ACUERDO POLÏTICO NACIONAL encaminado a definir las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demande, poniendo en marcha un nuevo marco de convivencia política y social”. Conozco el texto de memoria porque salió de mi puño y letra. Texto que no tiene por qué asustar a ninguna rama del poder público. Y sí es la base de la paz total, señor ministro. Y así lo reconoce Gustavo Petro. ¿Sorpresa? Por otro conducto le enviaré la carta que el Jefe del Estado le hizo llegar a Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas-ONU, el 1º de octubre de 2023; y el significado del concepto “declaración Unilateral de Estado de buena fe”.

En la misiva referida el presidente Petro, de contera, descalifica la JEP por haber desconocido esa institución obligaciones y alcances imperantes para ella consignadas en el Acuerdo de la Habana, hoy documento oficial S/2017/272 del Consejo de Seguridad. Se las ha pasado por la faja. No en vano las agrupaciones alzadas, propias del conflicto interno aún no superado, han manifestado su total rechazo a esa jurisdicción.

A propósito, razón tiene el senador Julián Gallo, Carlos Antonio Losada, firmante del acuerdo de paz, óigase bien, alta parte contratante, cuando trina reclamándole al ministro Cristo: “(…). Ahora no puede salir que van a cumplir con los PEDT, pero no importa si la Justicia Especial para la Paz se vuelva punitiva, traicionando el verdadero propósito para que fuera creada: (…). Eso se llama conejo a la paz”.

Y mientras tanto Macaco, Carlos Mario Jiménez, está pendiente de que se le cumpla con la gestoría de paz prometida; igual Martín Llanos. Cuántos hechos no conoceríamos para poder curarlos definitivamente. Y entonces, ¿para cuándo la paz total? ¿Para cuándo la piensan dejar? ¿Que se logra cómo vamos? Claro que no. ¡No más por Dios! ¿Qué tal los galones de sangre de que dan noticia los medios a diario? “Oh muerte, ¿dónde está tu victoria. “Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?” (Corintios 15).