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Papa Francisco interrumpe homilía en el Vaticano «por dificultad en la respiración»; en su mensaje afirmó: «Las fuerzas armadas sólo se deben usar para defenderse y no para someter otro país»

–(Foto Vatican News). El Papa Francisco se vio obligado este domingo a ceder la lectura de la homilía de la Misa que presidió en la plaza de San Pedro por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de seguridad a un colaborador y se excusó ante los presentes por sufrir “dificultades en la respiración”.

“Ahora me excuso y pido al maestro que continúe con la lectura por las dificultades en la respiración”, señaló el Pontífice con la voz algo ronca tras haber leído la primera parte de la homilía que había preparado.

A continuación le entregó el texto al maestro de las celebraciones litúrgicas del Vaticano, Diego Ravelli, quien continuó por él con la lectura de la homilía.

A pesar de la bronquitis que sufre el Papa Francisco, la ceremonia solemne, a la que asistieron varias asociaciones y academias militares de todo el mundo, así como obispos castrenses y capellanes, se celebró en la plaza de San Pedro y, por tanto, al aire libre en una mañana lluviosa y fría típica del invierno de Roma.

Previamente, el Papa Francisco renovó su llamado a la paz en el mundo al pedir “que se silencien las armas en todas partes” desde la Plaza de San Pedro tras presidir la Misa con motivo del Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de seguridad.

“Que se silencien las armas en todas partes y se escuche el grito de los pueblos que piden paz”, pidió antes de rezar el ángelus ante los más de 30.000 militares procedentes de más de cien países del mundo que han participado en este gran evento.

Además señaló que las fuerzas armadas sólo deben para defenderse y no para someter otro país.

«Este servicio armado sólo ha de ejercerse en defensa propia, nunca para imponer la dominación sobre otras naciones y siempre respetando las convenciones internacionales sobre conflictos», declaró el jesuita argentino durante la misa.

En la Misa, el Papa Francisco aplaudió la labor de los cuerpos de seguridad que arriesgan “sus propias vidas” para luchar contra la criminalidad, pero les pidió que estén atentos a “la tentación de cultivar un espíritu de guerra”.

«Les pido, por favor, que vigilen. Vigilen contra la tentación de cultivar un espíritu de guerra, vigilen para no ser seducidos por el mito de la fuerza y el ruido de las armas. Vigilen para no contaminarse nunca por el veneno de la propaganda del odio», expresó.

«Sean, en cambio, testigos valientes del amor de Dios padre, que quiere que seamos todos hermanos, y juntos caminemos para construir una nueva época de paz, justicia y fraternidad», agregó.

El acto de este domingo es el segundo de los 36 previstos por el Año Santo después del Jubileo de la Comunicación, cuando centenares de periodistas, comunicadores de diversas partes del mundo y también los delegados de comunicación de las diócesis de todo el mundo, se dieron cita en Roma.

“Recemos por la paz en la martirizada Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar, en todo Oriente Medio, en Sudán”, continuó el Santo Padre.

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Sus palabras fueron recibidas con aplausos por los asistentes, militares, soldados y policías de distintos países.

A pesar de la enfermedad que sufre el Papa Francisco de 88 años, la ceremonia solemne, a la que asistieron varias asociaciones y academias militares de todo el mundo, así como obispos y capellanes castrenses, se celebró al aire libre en una mañana lluviosa y fría, típica del invierno de Roma.

De hecho, el fuerte viento presente en la capital italiana arrastró varios metros el solideo del Santo Padre que tuvo que continuar el ángelus sin él.

Según los organizadores, más de 30.000 militares procedentes de más de cien países del se inscribieron en el acto y atravesaron la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro como parte del programa previsto para el Jubileo de las Fuerzas Armadas, que concluyó hoy domingo 9 de febrero.

El Pontífice destacó su labor siempre de parte de la “legalidad” y en favor de “los más débiles” lo que constituye “una lección” para toda la sociedad.

“A ustedes se les confía una gran misión, que abarca múltiples dimensiones de la vida social y política: la defensa de nuestros países, el compromiso por la seguridad, la custodia de la legalidad y la justicia, la presencia en las penitenciarías, la lucha contra la criminalidad y las diferentes formas de violencia que amenazan con alterar la paz social”, destacó en su homilía.

Asimismo, también ensalzó el “importante servicio” que ofrecen los cuerpos de seguridad “en las catástrofes naturales, por el cuidado de la creación, por el rescate de las vidas en el mar, por los más frágiles”, así como “por la promoción de la paz”.

Finalmente, el Pontífice extendió su saludo a todo el personal militar del mundo y recordó las enseñanzas de la Iglesia Católica a este respecto.

Así, citó las conclusiones del Concilio Vaticano II recogidas en la Constitución pastoral Gaudium et spes sobre los que ejercen su profesión en las filas del ejército y les pidió ser también “servidores de la seguridad y de la libertad de sus pueblos”.

“Este servicio armado debe ejercerse sólo en defensa propia, nunca para imponer la dominación sobre otras naciones, observando siempre las convenciones internacionales sobre conflictos y, sobre todo, con sagrado respeto por la vida y la creación”, insistió. (Información Victoria Cardiel, Aciprensa).