Por : Carlos Fradique-MendezAutor anónimo
Que las elecciones del 2026 no sean para elegir entre ODIO por el presidente Petro y ODIO por el Presidente Uribe.
Colombia necesita un gobierno con autoridad, que inspire respeto y que sea respetable.
Colombia, para esta reflexión ESTADO COLOMBIANO, es la empresa más importante del País. Como toda empresa tiene estatutos, la Constitución y las leyes, tiene organismos de dirección y de control, tiene junta directiva y asamblea de delegatarios el Congreso. Es verdad que es una empresa compleja, de difícil manejo, pero los buenos resultado dependen de sus buenos directivos, gerente general y directivos de muchas oficinas importantes. Esta afirmación es muy general y no es una clase de derecho constitucional.
El gerente general de la empresa es el Presidente de la República.
En un texto de la constitución encuentro que por lo menos 100 veces se hace referencia a funciones del Presidente de la República.
En términos muy breves recordemos que el Presidente de la Republica es el empleado de mayor cargo que representa a la rama ejecutiva del poder público. Ejecutiva, de ejecutar en sentido positivo de hacer obras, realizar objetivos, elaborar programas, emprender acciones positivas en pro del beneficio nacional , cumplir sus obligaciones, verificar que sus colaboradores cumplan, concluir proyectos y no ejecutar el sentido negativo de matar, ajusticiar, fusilar, exterminar, liquidar, eliminar como también lo sentimos en Colombia.
Aclaremos que el Presidente de la República de Colombia no tiene poderes absolutos, debe gobernar conforme a lo dispuesto en la Constitución, debe acatarla con respeto y reverencia. El Presidente debe cooperar de manera armónica con las otras ramas del poder público a saber: La legislativa, la judicial, la de control fiscal y vigilancia de la garantía de los derechos humanos y la rama electoral.
El Presidente de la Republica no puede torpedear, ni fustigar, ni amenazar a las otras ramas del poder público.
En últimas, todas las ramas del poder público deben cooperar entre sí y reitero, de manera armónica. Imaginemos el corazón, los pulmones, el sistema nervioso, los músculos en el ser humano. Si el corazón decide no cooperar con los pulmones u otros órganos, el cuerpo humano, el Estado Colombiano, se paraliza, muere.
Por supuesto que el Presidente tiene derecho a discrepar y para expresar sus discrepancias, que deben ser fundadas y sólidas, la Constitución le da mecanismos, herramientas eficaces. Debe usarlas con responsabilidad porque se trata de la buena salud de la República.
El Art. 115 de la Constitución dispone que El Presidente de la República es 1) Jefe del Estado, 2) Jefe del Gobierno y 3) suprema autoridad administrativa.
Sobre el alcance de estos organismos se puede consultar fácilmente en la red.
Y agrega el Art. que “El Gobierno Nacional está formado por el Presidente de la República, los ministros del despacho y los directores de departamentos administrativos”. Todos deben formar el mejor equipo de trabajo.
Presidente y ministros deben actuar en consenso y armonía. Los ministros no son funcionarios que deben obedecer ciegamente al Presidente. Deben cumplir la Constitución y las leyes y se presume que son más conocedores en teoría y en la práctica de los asuntos a su cargo, que el Presidente a quien deben orientar para lograr los altos fines que la Constitución ordena.
El Art. 188 de la Constitución ordena que “El Presidente de la República simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos.” Esos derechos y libertades tienen su eje central en el Preámbulo y en los Arts. 1 y 2 de la Constitución.
El que el Presidente de la República sea el símbolo de la UNIDAD NACIONAL, la unidad de los colombianos y colombianas para utilizar expresiones de actualidad, unidad para lograr los fines ya referidos en el Art. 2 de la Constitución, es una de las mayores responsabilidades del Presidente. Por esta obligación no puede arremeter contra grupos o asociaciones o semejantes que estén en desacuerdo con su forma de gobernar, con sus resultados.
En una cultura de violencia verbal y hasta física como la nuestra es posible que haya grupos de oposición frente al gobierno que tienen comportamientos que lindan o sobrepasan los limites del código penal. El presidente debe actuar con firmeza para preservar el orden, sin indulgencias y apoyar a la rama judicial y a los órganos de control para que se impongan las sanciones del caso.
Dirigir las relaciones internacionales. En un mundo de interdependencias de buena voluntad y de mercados las sanas relaciones internaciones son fundamentales. Las guerras entre naciones son un reto muy difícil de manejar en estos temas.
Dirigir la fuerza pública y disponer de ella como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República y conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado.
Obligación de inmensa responsabilidad es la de preservar el mayor potencial de la fuerza pública especialmente para conservar el orden público en el territorio nacional. Debilitar la fuerza pública, darle órdenes para que no actúe frente a grupos ilegales, dejar que los ilegales se fortalezcan sería un grave incumplimiento de estos deberes.
El Presidente de la Republica debe ejercer la inspección y vigilancia de la enseñanza conforme a la ley. Colombia tiene grandes retos en el campo educativo. Desde 1965 hemos vivido cambios drásticos y con la aplicación de lo que llaman inteligencia artificial los resultados ya no son locales, sino retos frente al mundo de la tecnología y los nuevos desarrollos de mercados, productos, insumos.
El Presidente debe ejercer la inspección y vigilancia de la prestación de los servicios públicos, hago referencia especial a la salud física y mental. Las primeras personas que debe dar fe del cuidado de la salud personal en todos sus sentidos son justo los que hacen parte del Gobierno nacional.
Al hacer referencia muy breve a las responsabilidades que corresponden al Presidente de la Republica debemos tomar conciencia del deber que tenemos de elegir una persona que sea la mejor, la más capacitada, la más respetada y de contera respetable.
Colombia no es una empresa fácil de manejar, de administrar en la que sea realidad la paz, la sana convivencia, la prosperidad, la garantía de los mínimos de derechos fundamentales para tener una vida digna.
Si hacemos comparación de la empresa Colombia, empresa de derecho público, con las empresas de derecho privado debemos tener en cuenta que un buen gerente, un buen presidente, un buen CEO o director ejecutivo, debe satisfacer por lo menos los siguientes requisitos:
- Debe conocer la empresa y conocerla por conocimiento directo.
- Debe tener experiencia en el manejo de los negocios de la empresa.
- Al director no lo nombran para que aprenda, sino para que aplique su experiencia para hacerla crecer.
- Debe tener visión estratégica.
- Debe ser líder inspirador.
- Debe tener excelentes habilidades de comunicación.
- Debe generar ambiente de confianza y saber delegar tareas eficazmente.
- Debe saber trabajar en equipo sin crear fisuras que pongan en peligro la estabilidad de la empresa.
- Debe saber escuchar, debe ser imaginativo para prever los retos del inmediato futuro y de lo que puede pasar en una o dos décadas.
- Debe gozar de excelente salud en todos los aspectos.
- No puede ser un improvisado, un lo escogemos para que aprenda.
- No puede inspirar que voten contra alguien por odios o venganzas. Debe inspirar confianza para que voten por sus propuestas serias y ejecutables.
Dejo estas ideas mínimas a su consideración y buen juicio.

