
La líder histórico de la Unión Patriotica, Aida Abella, se reencontró con los miembros de ese movimiento político que al igual que ella sobrevivieron al magnicidio de los 80 y 90. Tras 17 años de exilio, Abella encabezó este viernes las movilizaciones en el marco del V Congreso de la UP.
El Congreso de la Unión Patriótica sirvió como antesala de su retorno como partido a la arena política, luego de lograr la devolución de la personería jurídica.
Para Abella, esa decisión «era un acto de justicia elemental, con un movimiento sometido a un genocidio que avergüenza», en referencia a los más de 5.000 asesinatos de sus militantes.
Sobre su retorno a Colombia, tras casi dos decadas de un atentado con rocket, la dirigente política resaltó, «Hemos vuelto al país, vinimos para volver, nunca nos fuimos, siempre llevamos la patria dentro».
Agregó: «Sentimos que estamos reconstruyendo el partido de la vida y de la esperanza, el partido que planteó el ideario que se llevó muchísimos votos y que fue sometido a un genocidio político», agregó al recordar a todos los compañeros «asesinados y desaparecidos».
Durante el evento, un grupo significativo de personas marcharon por el centro de Bogotá, para recordar a las víctimas y desaparecidos que dejó la brutal persecución armada en contra de ese movimiento político.
Frente al genocidio, la exconstituyente expresó que «a la gente se le tiene que respetar por lo que piensa, por lo que dice. Pero no se le puede masacrar porque piensa distinto. Creo que una de las lecciones de este proceso parte de la tolerancia. Porque las guerras declaradas y no declaradas en 200 años, una de las causas ha sido la intolerancia y la incapacidad de la clase política para sentarse a dialogar sobre los problemas nacionales».
También se refirió al tema de la reparación de las víctimas de la UP, al asegurar que «lo que estamos pidiendo es una reparación integral. Lo primero que necesitamos saber es la verdad; segundo, justicia, y tercero, la reparación integral. Queremos saber quiénes intervinieron en todos estos procesos. Y desde luego, ya tenemos algunas personas que estuvieron involucradas en el exterminio, desde autores intelectuales hasta autores materiales».
Pero como en todo proceso, Abella considera que lo ocurrido «es una contribución dolorosa a la política nacional». Dijo que «algo como eso, tan doloroso, un crimen de lesa humanidad como el que se ha cometido, no se puede volver a producir en Colombia. Y la única manera de que no se vuelva a repetir es que sea castigado. Cuando se castiga, se superan los niveles de impunidad, que han sido altísimos en Colombia, son del más del 90 por ciento».