Opinión

Industria energética, pasó la prueba

Luis Eduardo Forero Por: Luis Eduardo Forero Medina
La generación de energía eléctrica en Colombia se logra principalmente del recurso hídrico, -ríos y lagos- y cuando falta el preciado líquido renace el fantasma del racionamiento que se vivió hace 24 años, tiempo durante el cual la mayoría de activos que tenía la Nación en el sector han sido vendidos, y continúa sin renovarse las fuentes de energía eléctrica y la Ley Eléctrica 142 y 143 de 1994.

Ha transcurrido más de un siglo desde que se comenzaron a alumbrar las calles de Santafé mediante el gasómetro, producido con piezas importadas y otras fabricadas en la ferrería de Pacho (Cundinamarca), sin que más de la mitad del país esté interconectado. Un 60% del territorio colombiano no está acoplado a la red eléctrica y alrededor de 1,8 millones de habitantes dependen de un servicio energético disperso y limitado, indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que financia la llegada de energías alternativas a las zonas que continúan dependiendo de plantas de diesel de propiedad de particulares. La energía alternativa se genera del sol, el viento, los cuerpos de agua, la vegetación, etc. En 2012 una quinta parte de la electricidad que se produjo en el mundo provino de esas fuentes.
La generación de energía es liderada por la central con mayor capacidad instalada en Colombia, la hidroeléctrica de San Carlos (Antioquia), que lleva operando hace más de tres décadas, y en las que entre otros socios están los Fondos de pensiones con una participación del 16.47% y BRE COLOMBIA con un 57.61%. En la mitad de departamentos se ubican las 56 lagunas, embalses, ciénagas y represas que provisionan agua y producen energía, siendo una de las más significativas la de Chivor o Santa María – premio Casco de Oro -2012- que es sustentada por el río Batá (Boyacá). Chivor es de propiedad de AES Corporation, multinacional que construye la Pequeña Central Hidroeléctrica de Tunjita. La tercera generadora de energía más grande de Colombia es ISAGÉN, mayoritariamente de Brookfield Asset Management, y cuenta con siete centrales de generación de energía en Antioquia, Caldas, Santander y Tolima. EMGESA que cumplirá 20 años de creada, es del Grupo Enel y cuenta con diez centrales de generación hidráulica, siendo la del Guavio la de mayor capacidad instalada, y dos térmicas en Cundinamarca, donde está Bogotá, y en Bolívar.
EPM ha construido más de 20 centrales de generación eléctrica, y fue elegida como la mejor empresa del siglo XX en Colombia; Porce III se convertirá en la mayor central de generación eléctrica de este grupo empresarial con 60 años de trayectoria. La Central Sogamosos, ubicada en Santander, de Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), cuenta con acceso a energía más limpia y es la cuarta hidroeléctrica con mayor capacidad instalada en Colombia. Las generadoras están agrupadas en la Asociación nacional de empresas generadoras (ANDEG) y en la Asociación colombiana de generadores de energía eléctrica (ACOLGEN, y los consumidores en ASOENERGIA.

La comercialización comprende lectura de medidores, facturación y atención al cliente. En materia de comercialización en el mercado eléctrico, ninguna empresa puede tener más del 25% de la actividad. ISAGEN atiende Grandes Consumidores, y con EPM y otras compañías en las Regiones, cubren millones de clientes que de ordinario desconocen que la energía antes de llegar a su hogar hizo un tour de muchos kilómetros, y que previamente con sólo “apretar un botón” se hizo la luz.

La transmisión y distribución de energía eléctrica se maneja como monopolios, convirtiéndose en puente entre el generador y el consumidor. ISA que igualmente comercializa, es la mayor transportadora internacional de energía a alto voltaje en América Latina. En la transmisión, las torres y líneas se asimilan a las autopistas nacionales que comunican todo el país, explica EPM; en tanto que la distribución conduce la energía desde postes, transformadores y redes hasta las viviendas o empresas.

Colombia trasiega por conseguir un nuevo modelo energético que incluya el uso inteligente de la energía y la sustitución por energías renovables, energía solar, eólica (del viento), energía de la biomasa, hidráulica, de los océanos y energía de la geotermia. En materia de energía renovable hace ocho años fue asignado el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo de EMGESA, compañía que reubicó a las familias aledañas al proyecto en Altamira, El Agrado, Garzón y Gigante, al sur del país. El Quimbo con la Central Betania construida hace treinta años, satisfacen el 8% de la demanda del país. Desde hace un tiempo ANDEG investiga en miras de mejorar el funcionamiento del mercado eléctrico colombiano. ISAGÉN por su parte le apuesta a proyectos en estudio de generación hidroeléctrica, eólica y geotérmica, y estudios en biodiesel y gasificación de carbón. Próximamente en todo el territorio nacional el alumbrado público será cambiado por luces LED (diodos emisores de luz, de bajo consumo).

Las tinieblas en el sector que cuenta con la Bolsa de Energía, en el pasado fue la corrupción que fundió al Instituto Colombiano de Energía Eléctrica (ICEL) y los atentados de la guerrilla a la infraestructura eléctrica; hoy la ausencia de la cultura del ahorro del fluido, el bajo nivel de los embalses, las conexiones ilegales, el robo de energía, las interrupciones en el suministro de energía eléctrica, el alto costo de la mismsa, aunque ha venido bajando; el Fenómeno del Niño, las vías de hecho en contra de proyectos, las zonas de difícil acceso para cablearlas, el uso masivo de gas de pipeta en todo el país; en suma, a las termoeléctricas del país que generan luz a partir del uso de diésel, no les cuadran las cuentas, y Electricaribe presenta atraso en la inversión, cartera morosa, y los días 19 y 20 de abril pasado sometió a Barranquilla y su área metropolitana a interrupciones en la mitad de circuitos.

El consumo mundial de energía crece día a día, y para satisfacerlo también se acude a los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), que tampoco dan abasto en un negocio que cada vez es más lucrativo; el año pasado la cincuentenaria ISA cerró con la mayor utilidad neta en su historia. En las calles de Río de Janeiro (Brasil), se consume más luz que en Nueva York, y en Bogotá el transporte público y privado consume el 67% de la energía, según el Banco Mundial. En el planeta el reto para los agentes del sector es brindar una energía responsable, asequible y limpia para todos. En Colombia ya están los borradores de un nuevo modelo energético en el país, contenido en la Política pública de Eficiencia Energética 2016 – 2020, que se dará a luz próximamente, empero aseguró un experto del sector, que ésta “no es una discusión de cuatro gatos diciendo qué hacer en un par de horas”.

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