Por: Gabriel Ortiz
BLANCO Y NEGRO
Mataron el tigre y se asustan con el cuero. Las mentes sensatas previeron lo que venía, tras una elección que llevaba incluida una “guerra prefabricada” por el uribismo, las iglesias cristianas y otros fanáticos.
Montaron una campaña populista y mentirosa, para imponer el no y ganaron con un 18% de los votos, el Sí obtuvo otro 18% y los abstencionistas alcanzaron un 64%. Medio país, dijo no y el otro medio país, incluyendo a las víctimas, dijo Sí, pero perdió.
Los políticos del no, con el senador Uribe a la cabeza, se bañaron en agua de rosas, hasta cuando despertaron a la realidad y se dieron cuenta de que habían lanzado a Colombia al abismo, a la guerra. Esa jugada populista pensaba más en las elecciones del 2018, que en un país con sus gentes ávidas, ansiosas de una paz que casi acariciaban. Cuando los uribistas se dieron cuenta del desastre en lo político, económico y social, amén de la paz, se “atortolaron” porque no estaban preparados para ganar, y empezaron a buscar un “chivo expiatorio” que los liberara de culpa. Primero fueron por “lafar”, luego por el gobierno, y por los negociadores.
Se desconoce si Uribe y Pastrana pidieron sendas audiencias al Presidente Santos, para posar de ecuánimes, mesurados y defensores de la paz y la sociedad; o para enredarlo y hacerlo aparecer como culpable y escapar así a su responsabilidad frente a un país que quiere la paz que ellos hicieron esfumar. Eureka: El uribismo descubrió que los Acuerdos de La Habana, tienen cosas muy buenas. La hora de encontrarlos.
Pastrana llegó a Palacio sin documentos; Uribe hizo preparar a las carreras un improvisado mamotreto con 65 puntos, que incluía la cacareada “impunidad”, pero admite una amnistía para todos los combatientes.
Finalizada la primera reunión, se acordó conformar una nueva comisión con los del Sí, los del no y otros sectores. Es decir: nada se adelantó, nada se habló sobre la posición de las Farc.
El Presidente les dijo que las inquietudes serán atendidas y discutidas con las Farc, para fortalecer los acuerdos ya logrados. “Perseverar, perseverar, perseverar, estamos cerca de una paz estable y duradera, expresó.
Todo esto pasa a espaldas de las víctimas, de quienes ponen hijos, vida y sangre, porque los que atizan el conflicto, no han sentido lo que nuevamente caerá sobre esta patria: guerra, sangre, pánico, balas y motosierras.
gabrielortiz10@hotmail.com
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