Estados Unidos planea construir un gran edificio para albergar una nueva prisión en su principal base militar en Afganistán, lo que supone un reconocimiento implícito de que Washington mantendrá prisioneros en el extranjero durante los próximos años, señaló The New York Times.

El diario, que cita a funcionarios del Pentágono, asegura en su edición digital que el nuevo centro de detención podría reemplazar a la actual prisión norteamericana en la base militar de Bagram, al norte de Kabul, actualmente atestada con 630 presos, frente a los 270 que hay en Guantánamo (Cuba).

El nuevo complejo, tendrá una capacidad para 1.100 presos, en una extensión de unas 24 hectáreas y un coste que rondará los 39 millones de euros.

La Administración estadounidense se había mostrado dispuesta a reducir la implicación estadounidense en las detenciones en Afganistán, y pensaba transferir a la mayoría de sus prisioneros a una prisión de alta seguridad a las afueras de Kabul bajo custodia de los soldados afganos, según The New York Times.

De hecho, desde octubre de 2006 EE UU ha transferido alrededor de unos 50 presidiarios desde Guantánamo a la custodia del gobierno afgano. La mayoría de ellos han sido recluidos a la prisión de máxima seguridad de Pul-i-Charki, construída con fondos estadounidenses.

Pero funcionarios estadounidenses citados por el diario dan por hecho que esa nueva prisión dirigida por las autoridades afganas no podría absorber a todos los detenidos que tiene actualmente EE UU. «Y menos aún a las oleadas de nuevos prisioneros que se esperan por la intensificación de la lucha contra Al Qaeda y los talibanes», añade el diario.