Rompiendo la tradición, Isabel Sofía Cabrales llegó puntual a la Catedral. Julio De Ávila, el cochero que la llevó hasta la iglesia, contó que la novia todo el tiempo le estuvo diciendo que se “apurara”, que la estaban esperando.
Así que a las 8 en punto de la noche, tal como estaba previsto, Isabel Sofía bajó del coche en el que venía acompañada de su padre, Enrique Cabrales.
Sonriente y muy tranquila accedió a la petición de los periodistas de bajarse del lado derecho para que se pudiera apreciar su hermoso vestido de Hernán Zajar, muy sencillo, acorde a su personalidad, en tono marfil, strapless, descrito por el diseñador como un juego de plisados y drapeados al sol con el que quiso destacar la silueta de la novia.
Adentro la esperaba el novio, Tomás Uribe, quien había llegado quince minutos antes en una buseta acompañado de su familia y de su perro Figo, que se logró apreciar asomado a una de las ventanas del carro.
La novia posó, se despidió de los periodistas y enseguida ingresó a la Catedral, a esa hora sin luz por una recarga en los circuitos.
Así, sin energía, empezó la ceremonia, con la luz de las velas que adornaban el altar y los pasillos de la Catedral.
Mientras tanto seguían llegando invitados, un número muy limitado (sorprendió no ver miembros del gabinete). Los hombres con guayabera manga larga y las mujeres en vestidos elegantes pero muy casuales.
La mayoría, personas muy cercanas a las familias de los contrayentes; personajes de la farándula, especialmente modelos amigas y compañeras de trabajo de la novia; y pocos de Cartagena: el comandante de Policía, Mena y señora, el gobernador, Joaco Berrío; la alcaldesa Judith Pinedo y su esposo, Arturo Zea; Antonio Millán y señora Carmen Otero; Enrique Millán y señora, Alicia Arango, Jeimy Paola Vargas, Julieta Piñeres, Manuel Domingo Rojas y señora; Piedad Jimena Rojas, Juan Manuel Barraza y Ricardo Piñeres.
Al poco rato, como a los quince minutos de haber iniciado la ceremonia, apareció el carro de Electrocosta.
Apresuradamente funcionarios de esa empresa buscaron la caja de la energía instalada en la calle, afuera de la Catedral y se restableció el servicio.
La causa del daño en el interior de la Catedral la explicó Electrocosta posteriormente: los encargados del montaje del matrimonio, funcionarios de Codensa de Bogotá, instalaron dos torres de aire acondicionado en un mismo circuito así que se presentó una carga de energía que disparó las cuñas.
Por fin, con luz, pero sin aire, continuó la ceremonia religiosa, presidida por el arzobispo, Jorge Enrique Jiménez.
Tomás y Isabel Sofía dieron el sí y salieron de la iglesia convertidos en marido y mujer.
Afuera posaron brevemente para los medios de comunicación y continuaron a pie hasta la recepción en el Teatro Heredia.
Tomado de eluniversal.com.co
Los comentarios están cerrados.