Tras seis horas de intenso debate, la plenaria de la Cámara de Representantes aplazó la votación del Presupuesto General de la Nación que diseñó el Gobierno para el año 2009 por 140,5 billones de pesos.

La discusión transcurrió en medio del inconformismo de la oposición e inquietudes de algunos congresistas de la coalición que introdujeron un centenar de proposiciones, para reasignación o aumentos de partidas para sus regiones.

En medio del forcejeo, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Óscar Iván Zuluaga, explicó que la rigidez del plan de gastos le impide a la administración atender cuanta aspiración se presentó.

«El Gobierno no alterará sus metas de déficit ni incurrirá en mayor endeudamiento”, señaló el Ministro Zuluaga. Insistió en que cada punto menos en el crecimiento económico implica una baja de 500 mil millones de pesos en los recaudos tributarios.

No obstante, precisó que el Gobierno honrará los compromisos legales que tiene con los municipios y departamentos a través del sistema general de participaciones o transferencias y afirmó en tono categórico que las regiones serán los grandes beneficiados con un presupuesto que contiene un amplio abanico de programas sociales.

En Senado, el liberal Camilo Sánchez protestó por la manera atropellada como se ha efectuado el trámite del presupuesto y por su diseño, dado que según los liberales, no concuerda con la realidad económica y con el menor crecimiento.

El Presupuesto 2009 contempla gastos de funcionamiento por $73,5 billones de pesos; recursos para servicio de la deuda, pago de intereses y a capital por 37 billones de pesos y una inversión por $29,9 billones de pesos.