Como un acto milagroso se ha convertido estar vivos en Colombia. Militares que matan para tener unos días de descanso. Sicarios que asesinan por 20 pesos. Sujetos que prefieren disparar para no pagar una deuda.

Sin hablar del cónyuge que conviene con el amante “quitar del paso” a la pareja que estorba. O el vecino que le pone una bomba al bullanguero que no deja dormir el fin de semana.

En esta tragicomedia nacional, otros optan por quitarse la vida. Por penurias económicas o por la super-abundancia que trae bienes materiales pero agota el alma. Quizá para no ver ni padecer más locos en este mundo, empezando por el difunto.

Los únicos que la pasan bien, por estos días, son los ladrones de lo publico. Mientras el Estado se ocupa de ellos (hoy caminan a sus anchas). Mientras no se compruebe que son paramilitares. Guerrilleros. O bien pobres para un “falso positivo”.

Sin embargo, nadie puede cantar victoria. Si se monta en el taxi de un delincuente. O se encuentra una bala perdida. O se come lo que no conviene…..se acaba el milagro. Milagro que en Colombia es una ruleta rusa. ¡Todos los días!

Así es la vida. La vida es una tómbola.