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Marchar contra secuestro es obligación moral: Ingrid Betancourt

Marchar contra el secuestro y pedir la libertad de rehenes el 28 de noviembre es una obligación moral de los colombianos cuando se acerca la Navidad, afirmó Ingrid Betancourt, quien el mes pasado convocó la caminata.

«No puedo pensar en estas fechas (Navidad) sin que se me quiebre el corazón», dijo Betancourt en una entrevista desde Europa.

Marchar «es una obligación moral y ellos (las guerrillas de las FARC) no podrán ser indiferentes al pronunciamiento de todo un país», agregó.

La ex candidata presidencial colombo-francesa, quien estuvo secuestrada por las FARC desde 2002 hasta cuando en julio fue rescatada por militares junto a otros 14 rehenes, ha explicado que la marcha es una iniciativa suya para apoyar una eventual negociación de liberación de secuestrados y acompañar a personas retenidas en la selva en las fiestas de fin de año.

Betancourt anunció la idea al recibir en octubre el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en reconocimiento a su lucha en defensa de los derechos humanos y contra la violencia: En Colombia se sumaron de inmediato los medios de comunicación y grupos no gubernamentales.

Betancourt, de 46 años, dijo no querer recordar su primera Navidad en cautiverio. «Fue una Navidad con mucho dolor. Hay cosas de las que no quisiera hablar porque me duelen muchísimo», dijo.

Las otras fueron igualmente duras, pero en algunas incluso llegó a recibir regalos de sus compañeros rehenes: una bufanda, «muy chistoso porque estábamos en unos calores muy fuertes, pero era lo único que esa persona tenía» para regalar; así como un tarro de champú, «todo un lujo en la selva», indicó.

Betancourt recordó haber obsequiado dos camisetas en las que bordó las iniciales de los nombres de sus compañeros secuestrados. Los presentes eran «la forma de no aceptar lo que querían que uno fuera: un animal».

Dijo que tras uno de sus frustrados intentos de fuga, a fines del 2005 junto a otro rehén, las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «nos la cobraron muy duro. Fue muy fea» la situación.

«Estuvimos amarrados a un árbol, con cadenas en el cuello las 24 horas, aislados y sin permiso para hablar con los demás. La crueldad llevada al máximo», recordó.

Según la ex rehén, que desde su rescate vive en Francia, «la Navidad es una fiesta religiosa, es una celebración del cristianismo y la guerrilla es atea. Es como un deber para ellos ignorar esa fecha».

Autor: AP