Argumentando que no le dijo “toda la verdad” renunció a la defensa del cerebro de DMG David Murcia, el abogado Abelardo de la Espriella. El jurista aseguro que Murcia le mintió y no le contó, entre otras cosas, que la empresa llevaba una contabilidad paralela.

De este hecho solo se vino a enterar durante una diligencia en la cual le imputaron cargos, donde se dieron a conocer grabaciones de conversaciones de Murcia Guzman con empleados y socios.

En uno de los diálogos telefónicos, una de las asesoras le pide a Murcia Guzman que le ayude a entender el manejo de una presunta doble contabilidad, así como un soporte para dos registros diferentes, hechos que, según la fiscal del caso, permitían establecer la posibilidad de un lavado de activos.

En otra grabación Murcia Guzman habla con su cuñado, William Suárez, sobre la incautación de 1000 millones de pesos en Cartagena.

Murcia le dice a Suárez que si necesita ayuda él puede hablar “con unos amigos generales”, no se sabe si del Ejército o de la Policía.

“Le ayudo con algún general, o con alguna cosa que necesite”, le expresa Murcia. A través de la interceptación se puede inferir que el dinero aparentemente iba para Joaco Berrío, actual gobernador de Bolívar.

Tambien se escuchó una conversación en la cual una de sus asesoras habla de la urgencia de obtener 760 millones de pesos para hacer loby en el Congreso de la República, pues advierte que «hay que pisar a esa gente», en referencia a una norma que se estaba debatiendo en torno al tema de las tarjetas pre-pago.

El abogado De la Espriella indico que en vista de que le ocultaron importante información decidió no continuar con el caso.

El abogado lamentó igualmente que mientras negociaba la defensa de su cliente el miércoles en la tarde, éste viajaba hacia el norte de Panamá.

De la Espriella subrayo que siempre le insistió a Murcia Guzman que se entregara y que diera la cara, porque de no hacerlo estaba abocado a una segura condena.