
Las llamadas compraventas del país, agremiadas en una organización nacional, planean cerrar sus puertas hasta que el Gobierno no reverse los decretos que les impiden el cobro de intereses superiores al bancario.
Los propietarios de las llamadas casas de empeño anunciaron que marcharán en las principales ciudades del país y cerrarán todas las casas de cambio de manera indefinida, lo que a su juicio creará serios problemas sociales por la cantidad de puestos de trabajo que este sector genera en el país.
Las compraventas fueron puestas en cintura luego del decreto de conmoción social dictado por el Gobierno, en el que se penalizó la usura.