Diversas organizaciones nacionales e internacionales coinciden hoy en afirmar que persiste la aguda crisis de los derechos humanos en Colombia, donde la población civil es la principal víctima de la violencia, reducida al silencio y la invisibilidad social.
De acuerdo con un reciente informe del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), la violencia que ha vivido el país en los últimos 20 años ha ocasionado al menos cuatro millones de desplazados, 53 mil 16 asesinatos políticos, 35 mil 449 secuestros y cinco mil 98 desapariciones forzadas.
Ha sido una historia de barbarie que toca todos los flancos de la vida social, tanto política como económica, cultural y territorial, advierte el CINEP en su informe.
En tanto, los expertos consideran que una de las consecuencias profundas de la violencia, más allá de las heridas que causa en las personas y en el tejido social, es la reducción de las víctimas al silencio y la invisibilidad social.
Al respecto sostienen que a la sociedad colombiana le cuesta reconocer que afronta una de las más serias tragedias humanitarias a nivel mundial, como puede constatarse en los niveles de impunidad en que permanecen las violaciones a los derechos humanos y en los incumplimientos de parte del Estado en la atención a las víctimas.
Sin embargo, el CINEP señala que gracias a la resistencia y organización de éstas, poco a poco han logrado hacerse presentes en el espacio público nacional para reclamar sus derechos como ciudadanos por medio de la movilización y la protesta social, el debate público, acciones judiciales y procesos de incidencia política.
En ocasion de conmemorarse hoy el Día Internacional de los Derechos Humanos, la situación en Colombia es calificada de grave, pues las violaciones en estos casos ocurridas en 2009 aumentaron en un 29 por ciento con relación al pasado año.
Para el director del CINEP, el padre Mauricio García, las amenazas, las ejecuciones extrajudiciales y las detenciones arbitrarias, son las agresiones que más sufren los colombianos por parte, sobre todo, de la fuerza pública.
El Centro también hace evidente que la situación de victimización en el país trasciende los límites de la confrontación armada, es decir, va más allá del accionar de grupos armados ilegales y de las fuerzas estatales.
Las cifras y análisis realizados en torno a la situación de las víctimas entre 1987 y 2008 le permiten reconocer al CINEP que este no es un problema coyuntural que se inscribe simplemente a una cuestión de orden público, sino que confirma que la guerra en Colombia hunde sus raíces en problemas estructurales.