Narcos colombianos y mexicanos centran operaciones en Ecuador
–Los narcotraficantes colombianos y mexicanos están trasladando los cultivos y los laboratorios de producción de coca a Ecuador y las autoridades de este país han tenido que redoblar esfuerzos, logrando dar duros golpes a esas organizaciones criminales. Este año han sido incautadas cerca de 70 toneladas de droga, más del doble de lo decomisado el año pasado.
Según lo advierte un informe del diario La Hora, de Quito, todo indica que los narcos han reaccionado a la intensificación de las campañas de interceptación en Colombia trasladando gradualmente la fabricación ilícita de cocaína al Ecuador.
”La realidad es que existen grandes grupos delictivos internacionales integrados por colombianos y mexicanos que se dedican al tráfico de drogas en América del Sur y que hoy cuentan con socios ecuatorianos”, subraya el informativo.
Destaca que paralelamente, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) ha extendido su influencia en la región norte de Ecuador, que se ha convertido en “un punto importante para el tránsito de cocaína, compuestos químicos y suministros para ésa y otras organizaciones involucradas en el tráfico de drogas en Colombia”.
De acuerdo con un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, conocido por este diario, en el mismo plan están los paramilitares que negocian y ayudan a traspasar la pasta base de coca, el hidrocloruro de cocaína y la heroína de Colombia y Perú por ríos limítrofes y trochas, hasta llegar a puertos marítimos y aeropuertos de Ecuador “en cargamentos que van desde unos pocos cientos de gramos a varias toneladas”, según el mismo documento, en el que se dice que los grupos delictivos están integrados por colombianos, mexicanos y ecuatorianos.
Lo anterior quedó demostrado tras la denominada Operación Tormenta del Pacífico, llevada a cabo hace dos años en la que estuvieron involucradas no menos de 60 personas, al tiempo que se confiscaron barcos, documentos e inmuebles.
Posteriormente otras investigaciones realizadas con la colaboración de la Policía colombiana y la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) descubrieron más casos. Para ello se contó, incluso, con información de las agencias de Inteligencia e Investigaciones de EE.UU. como la CIA y el FBI.
Ahora se sabe que los nuevos ‘padrinos’ que se desempeñan en Ecuador tienen relaciones con el cártel del narcotráfico de Arturo Beltrán, muerto el miércoles pasado en un operativo militar en el centro de México. Igualmente con la organización delictiva del capo Joaquín ‘Chapo’ Guzmán.
El fiscal general estadounidense, Eric Holder, dice que la organización de los cinco hermanos Beltrán Leyva introdujo entre 1990 y 2008 unas 200 toneladas de cocaína y una cantidad similar de heroína, y que con sus actividades obtuvieron unos 5 mil 800 millones de dólares en esos 18 años.
Lejos aún de la posición que ocupa Guzmán, quien dentro de la geografía de cárteles mexicanos es considerado el más poderoso. De todos modos, buena parte de esa ‘mercancía’ salió de Ecuador.
También se conoce que los grupos de Colombia y México se han instalado en América Latina, mimetizados en empresas legalmente constituidas.
Las mismas están relacionadas con transnacionales en diversos lugares de América Latina -incluyendo a Ecuador- manejando tráfico de personas, armas y drogas, además de piratería y contrabando.
LA SEGURIDAD DEMOCRATICA
Por otra parte, la política de mano dura del Gobierno colombiano contra la guerrilla y el narcotráfico hizo que el problema se filtrara hacia Ecuador, donde se siguen multiplicando los hallazgos de droga de la insurgencia.
Las políticas de “seguridad democrática” del presidente Álvaro Uribe “pueden desbordar, como de hecho a nuestro parecer lo están haciendo, en Ecuador”, señalo el coronel Juan Carlos Rueda, director de la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado (ULCO).
Prueba de ello son las crecientes capturas y hallazgos de droga y laboratorios para su procesamiento en territorio ecuatoriano, que reflejan una “relación enfermiza entre las FARC y el narcotráfico”, declaró el oficial.
Rueda formuló sus comentarios al referirse al informe de una comisión civil que investigó un ataque de Colombia contra la guerrilla FARC en territorio ecuatoriano en marzo de 2008 -que dejó 25 muertos- y los posibles vínculos del gobierno de Ecuador con los guerrilleros.
El documento atribuye el control del narcotráfico en la frontera binacional a FARC y grupos surgidos tras el desarme de los paramilitares de extrema derecha colombianos, y advierte que este delito ha penetrado amplios sectores en Ecuador.
“Si bien no se puede hablar todavía de un ‘contagio’ institucional generalizado por el narcotráfico y sus consecuencias, no se puede negar la influencia y la penetración de este ilícito en casi todos los sectores de la sociedad, a través de personas y en ocasiones de grupos vinculados”, asegura el estudio.
De todos modos, llama la atención el hecho de que la fabricación de cocaína y el tráfico de drogas han seguido extendiéndose en el país, pese a las campañas de interceptación.
Grandes decomisos
Según el director nacional de Antinarcóticos, Joel Loayza, en 2008 la Policía logró hacerse de unas 30 toneladas de droga en diversos operativos.
Este año se han incautado casi 70 toneladas.
“Estamos contentos, realmente, pero no satisfechos”, indicó Loayza sin detallar el tipo de droga que han decomisado.
Al referirse a las zonas del país, indicó que “técnicamente en todas las provincias que están en el norte”, fronterizas con Colombia, es donde más casos de narcotráfico se han detectado.
Comentó que en 2005 se incautaron 41 toneladas de droga ; en 2006 hubo 35 toneladas; en 2007 se incautaron 26 toneladas y en 2008, 30 toneladas.
Las FARC y los ‘paras’ negocian la cocaína
Ecuador se ha convertido en una importante ruta para el tráfico de drogas ilegales, así como para la siembra de coca y su erradicación es muy difícil porque policías y militares están mal equipados para combatir a los insurgentes y criminales.
Tal es la conclusión del Departamento de Estado de Estados Unidos que en un informe anual sobre drogas sostiene que que «las instituciones públicas débiles, la corrupción generalizada y un sistema financiero mal regulado hacen a Ecuador vulnerable al crimen organizado».
Los narcotraficantes han encontrado otras maneras para seguir cultivando, aseguró la entidad.
“Es preocupante. Han mejorado sus técnicas agrícolas, han reducido la extensión de los mismos en favor de cultivos más pequeños (que dificultan su detección), tienen estrategias como podar las matas de coca tan pronto son fumigadas para evitar que se mueran”, dijo Tony Arias, director para las Américas de la oficina para Asuntos de Narcotráfico Internacional del Departamento de Estado.
El funcionario también se mostró sorprendido por el caso de Ecuador donde también se hallaron recientemente varias plantaciones de coca. El Ejército ecuatoriano, por ejemplo, encontró varias plantaciones de coca en el sector de Gualpi Tigre, en la provincia del Carchi, fronteriza con Colombia.
“Pero quién sabe dónde más puedan aparecer ahora”, dijo.
Al mismo tiempo, «el control de personas y bienes en la frontera es poco confiable. La Policía Nacional Ecuatoriana y las fuerzas militares no tienen equipo ni instrucción adecuadas para lidiar con las presiones de los criminales internacionales o los insurgentes», se afirma en el documento.
Agrega que las FARC «han extendido su influencia» en la región norte de Ecuador, que se ha convertido, según el informe, en «un punto importante para el tránsito de cocaína, compuestos químicos y suministros para las FARC y otras organizaciones involucradas en el tráfico de drogas en Colombia».
Ruta clave
El asunto es que los narcotraficantes colombianos no solo están trasladando los cultivos de coca a Ecuador, sino que junto con sus colegas mexicanos han tomado a este país como la más importante ruta para el tráfico de drogas.
Un análisis de la Junta de Fiscalización de Estupefacientes (Jife) de la ONU sostiene que “los traficantes han reaccionado a la intensificación de las campañas de interceptación en Colombia, trasladando gradualmente la fabricación ilícita de cocaína a otros países –Ecuador, valga el caso- y utilizando nuevas rutas”.
La huella
Las investigaciones y las marcas distintivas de cada uno de los paquetes que son hallados permiten establecer a quienes pertenecen los cargamentos.
El general Wilson Alulema, jefe regional de la Policía en Guayas, sostuvo que «se han encontrado sellos que dan cuenta que la droga tiene posibles vínculos con las FARC”.
Así se ha conocido que buena parte de la droga que sale de Ecuador es del cártel del Norte del Valle. Otro porcentaje es de capos de Cali y Medellín, pero la gran mayoría de los alijos son de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Se ha descubierto, entonces, que las dos organizaciones insurgentes –enemigas declaradas- ahora son socias en el negocio de exportación de cocaína y que han escogido al Ecuador como su vía preferida. Y algo más: que mantienen negocios, igualmente, con el cártel del Golfo de México.
Según un informante, entre las FARC y los paras existe un pacto de no agresión en lo que se refiere a drogas, lo que les permite participar y lucrarse del tráfico.
Las FARC saben que buena parte de la coca que cultivan va para los paramilitares y estos, a su vez, que uno de los proveedores es la guerrilla.
Los involucrados son, especialmente, el Frente 29 de las FARC –que actúa en Nariño- y el Bloque Libertadores del Sur –una facción de las Autodefensas- que también opera en la frontera colombo-ecuatoriana.
Durante años, tanto las FARC como las AUC han tenido negocios con los capos: les han cuidado los cultivos, los laboratorios a cambio de un “impuesto”. Pero la dinámica del negocio ha sido tal que decidieron involucrarse de lleno.
Y día a día se corrobora lo que ya se sabía: que los narcotraficantes utilizan lanchas rápidas (Gofast, en inglés) para el transporte de droga y que se aprovisionan de combustibles en altamar o en sitios especiales a lo largo de la costa. Y cuando son descubiertos por helicópteros de las autoridades, botan la droga al mar: así –si son capturados- no hay pruebas físicas de que tenían estupefacientes en su poder.
La DEA sostiene que la red envía por lo menos 1,5 toneladas de cocaína mensualmente a Norteamérica y Europa.
Eso sí, las acciones policiales han permitido la desarticulación en buena parte de las organizaciones internacionales de narcotraficantes con sede en Colombia y Ecuador y brazos en otros países, que operan hacia México, Puerto Rico, Estados Unidos y Europa. De paso, se propinan duros golpes al lavado de activos producto de esa actividad ilícita.
Los vínculos
En el marco de los diversos operativos de este año han sido capturadas casi cien personas en tres países y se han confiscado armas, vehículos y dinero en efectivo, reveló a LA HORA un oficial de inteligencia.
La fuente confirmó la detención de 32 personas, 11 colombianos y 21 ecuatorianos; la incautación de 7 vehículos, 39 allanamientos de viviendas y la retención de 14 naves, 8 de ellas en Manta y las demás en Esmeraldas.
Sin embargo, se sabe que están detenidas para las investigaciones respectivas no menos de 60 personas.
Y lo más importante: se descubrió que varios de los acusados como narcotraficantes tienen vínculos tanto con las FARC como con jefes de los escuadrones paramilitares.
En cuanto a la red de lavado de activos, también estaba al servicio de los paramilitares. El modus operandi de la organización consistía en el manejo de grandes flujos de dinero procedentes del narcotráfico en Estados Unidos, México, Ecuador, Panamá y España.
Precios jugosos
Según el Informe Mundial de Drogas de Naciones Unidas 2009, Estados Unidos -principal cosumidor mundial de narcóticos- consume cocaína por unos 8.572 millones de dólares cada año.
El precio del kilo de la hoja de coca aumenta dramáticamente desde su producción en los países andinos hasta su venta como cocaína en las calles de Estados Unidos.
Un campesino recibe entre 500 y mil dólares por kilo de pasta básica, la materia prima con la cual los narcotraficantes obtienen la cocaína.