Las autoridades y organismos de socorro permanecen hoy bajo alerta por la ola de incendios forestales desatada en el país, con 34 municipios de cinco departamentos afectados en los primeros cuatro días del año.

Según el más reciente reporte de la Dirección de Gestión de Riesgos, los departamentos que registran mayores incidentes de ese tipo son Antioquia, Boyacá, Meta, Norte de Santander y Cundinamarca, cuya capital es Bogotá.

Entre ayer y hoy, se presentaron 26 incendios en el país, 10 de ellos en los cerros orientales que circundan parte de la capital colombiana, donde aún persisten las llamas y prosiguen las labores de los cuerpos de emergencia apoyados por helicópteros de la fuerza aérea.

Uno de los focos más peligrosos se registra en el cerro Tanques del Silencio, con llamas que alcanzaron hasta 40 metros de altura y se acercan peligrosamente a áreas residenciales de la periferia de Bogotá, lo cual tiene alarmada a la comunidad.

Según el coordinador de bomberos Daniel Castaño, estos siniestros son provocados por manos criminales en 90 por ciento y el resto por acción natural de la sequía que enfrenta Colombia desde mediados del pasado año, como consecuencia del fenómeno climatológico El Niño.

En tanto, las autoridades de Cundinamarca declararon la alerta naranja en el departamento y activaron un comando unificado ante la preocupante situación que se presenta.

Al respecto, el gobernador de ese departamento, Andrés González, señaló que los comités locales de cada municipio deben elaborar un plan de choque, control y contingencia.

«Hemos declarado la emergencia extrema en el departamento, una alerta naranja que habilita y ordena la conformación de todos los comités de emergencia en todos los municipios», precisó.

González también indicó que se movilizarán cerca de mil hombres del ejército, la policía, defensa civil, bomberos y cuerpos de emergencia para actuar en las líneas de corte de los incendios forestales más críticos.

A esta hora, un helicóptero de la fuerza aérea realiza operaciones con riego de agua y liquido retardante para mitigar las emergencias que se presentan en varios zonas de los cerros orientales de Bogotá, al tiempo que la humareda se puede divisar desde varios puntos de la ciudad.