La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) decidió levantar, temporalmente, la medida que impedía a las empresas Cemex, Holcim y Fundación San Antonio la explotación de gravilla y piedra en la cuenca del Tunjuelo, en el suroriente de la ciudad.

Las tres gravilleras podrán reiniciar la extracción de material, pero sólo para pruebas técnicas y mediciones del volumen de agua que utilizan para la explotación y, de esta forma, puedan presentar los estudios debidos para tramitar la licencia para concesión de aguas, que hoy no tienen y que fue una de las causas por las cuales la autoridad ambiental ordenó el cierre de esas minas.

La directora legal de la SDA, Alexandra Lozano, dijo en Radio Santa Fe que «como resultado de las mesas de trabajo realizadas con las empresas, se acordó que podrán reanudar la explotación minera, sólo para pruebas técnicas y civiles, más no para comercializar el material de construcción».

La Secretaría afirmó, que por la suspensión de la comercialización del material extraído de esas minas no habrá desabastecimiento de materiales de construcción en la ciudad ni se afectarán las vías.

En respuesta a una carta que el presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura, Juan Martín Caicedo, le envió al alcalde mayor, Samuel Moreno, la SDA afirmó que el volumen de materiales extraído de esas minas apenas representa el 26,4 por ciento de la demanda que hay en la ciudad, y no del 40 por ciento como afirmó el gremio.

El secretario de Ambiente, Juan Antonio Nieto, dijo que el consumo promedio mensual de material para construcción en Bogotá, en condiciones normales, es de unos 700.000 metros cúbicos y, máximo, de 950.000, mientras que la producción de las tres empresas, «según sus propios reportes, es apenas de 185.000 metros cúbicos».

Agregó que «ese porcentaje (26,4 por ciento) se reduce dramáticamente, si se tiene en cuenta que sólo la Fundación San Antonio vende la totalidad de su producción a Bogotá, mientras que Cemex no provee a la capital desde el 2006, y Holcim nunca lo ha sido».