Las pruebas del Examen de Estado ICFES para la gran mayoría de los bachilleres generan incertidumbre y hasta temor. Pero hay excepciones: para los jóvenes del Colegio Distrital San José Norte, que han demostrado estar al nivel de los mejores de la ciudad, el ICFES es cosa de niños.
El método educativo del Colegio Distrital San José Norte, de la localidad de Engativá, ha demostrado ser exitoso, al punto de posicionarlo como la institución del Distrito con calificación ‘Muy Superior’ en las pruebas ICFES 2008 y 2009.
Pero este colegio, construido en el Gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, no es el único de calidad. Sus pasos hacia la excelencia son seguidos muy de cerca por 16 colegios del Distrito que se ubican en el nivel ‘Superior’ del ICFES y cerca de 170 que lograron un puntaje ‘Alto’ en las pruebas del año anterior.
Es el caso de instituciones como el colegio femenino La Merced (la primera institución del país en adoptar esa modalidad), el colegio femenino Lorencita Villegas de Santos, el Colegio Nacional Nicolás Esguerra y el Instituto Técnico Francisco José de Caldas. Aunque son éstas las instituciones que lideran el ranking de los mejores, esta corta lista no hace justicia al gran número de planteles que poco a poco avanzan en el camino hacia una alta calidad.
“Las políticas que ha trazado el Alcalde para la educación en la ciudad han fortalecido nuestros resultados, como la reorganización curricular por ciclos, la especialización de la educación media, profundización en matemáticas e inglés y la formación ambiental de nuestros estudiantes”, aseguró la rectora del Colegio Distrital San José Norte, Marlen Martínez.
De esta manera, el porcentaje de colegios oficiales clasificados en categorías Muy Superior, Superior y Alto pasó del 18 por ciento en 2008 al 33 por ciento en 2009, lo que significa un incremento del 15 por ciento.
Este resultado supera la meta consolidada de 25% establecida en el Plan de Desarrollo “Bogotá Positiva: para Vivir Mejor”.
El Colegio Distrital San José Norte: un caso de éxito
Para la profe Marlen, rectora de la institución, el proceso de mejoramiento constante obedece a diversos factores, pero sobre todo, al compromiso de los maestros que con su dedicación e iniciativa ofrecen una formación de mayor calidad.
Por otra parte, el énfasis en autogestión empresarial, del que derivan proyectos como el Simposio y la Feria Empresarial anual, que se realizan desde hace ocho años, no sólo ha favorecido el desarrollo de competencias que les permiten alcanzar estos niveles de desempeño, sino que abre su mente hacia un futuro promisorio en la educación superior, a la que ya se ha vinculado la mayor parte de graduados durante los dos últimos años.
Durante su etapa de formación, los alumnos del San José Norte deben tomar asignaturas optativas como gestión, contabilidad sistematizada, matemática financiera, investigación y seminario. Así mismo, reciben talleres de emprendimiento temprano de diferentes entidades como Colombia Emprendedora y la Cámara de Comercio.
“Nuestra comunidad educativa tiene tres premisas importantes. La primera, nada es gratis, nuestros alumnos vienen al colegio a estudiar y deben aprovechar la educación que se les brinda. La segunda, tenemos un compromiso social de formar a los estudiantes y formarlos bien. La tercera, es que nuestros estudiantes tienen todas las posibilidades de ser exitosos y los motivamos constantemente para que sean conscientes de sus capacidades”, señala la rectora, que está al frente de la institución desde hace ocho años.
Para los 1.600 alumnos del colegio San José Norte, ser los mejores no es tarea fácil. Prueba de esto es el exigente sistema de evaluación mediante el que los estudiantes son promovidos a partir de una calificación de 7, en una escala de 0 a 10.
Óscar Javier Cortés, bachiller de la promoción 2009 del San José, asegura que su colegio le aportó muchas bases académicas y de comportamiento para la universidad. “La exigencia en las áreas de fundamentación como física, química y cálculo siempre fue muy alta, el modo de calificar era bastante duro, pero eso me sirvió porque adquirí la responsabilidad del trabajo y me acoplé bastante bien a la universidad”, asegura Óscar, quien actualmente cursa segundo semestre de Ingeniería Industrial en la Universidad Nacional.
El trabajo constante de los niños, niñas y jóvenes de la institución, el compromiso de los docentes y el apoyo de sus familias, seguirá demostrándole a toda la ciudadanía que sólo hace falta ‘querer’ para ‘poder’.
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