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Mineros chilenos tienen pesadillas con la mina y aún despiertan a la hora que cumplían sus turnos

–Tan habituados estaban los mineros rescatados desde las entrañas de San José a las rutinas de trabajo que se crearon para mantenerlos activos, que algunos de ellos aún despiertan a la hora que comenzaban sus labores de turnos en el encierro. Más aún, algunos de ellos tienen sueños y pesadillas con la mina, al menos durante las primeras noches que han pasado en superficie.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explicó que recién saliendo del hospital los mineros comenzaron a responder ‘qué me pasó'».

Sobre la aparición de sueños relacionados con la difícil experiencia, Mañalich explicó que «efectivamente algunos están mencionando que están empezando a soñar con la mina, otros despiertan en la noche para hacer la tarea que les correspondía por turno exactamente a la hora que les tocaba».

De hecho, el ministro reveló que uno de los mineros que estuvo internado le comentó: «Sabe doctor, yo me dormía a las ocho de la noche (….) me desperté y sabía que tenía que trabajar en la estación Paloma. Me levanté de la pieza (del hospital) y no encontraba la paloma, no sabía dónde estaba».

Según explican las autoridades, varios mineros fueron dados de alta «en una situación delicada desde el punto de vista emocional». Por lo mismo, Mario Sepúlveda, el segundo minero que subió desde la cápsula y festejó eufórico durante el rescate, debió permanecer en el recinto, afectado por síntomas de estrés.

En general, el ministro precisó que actualmente los mineros «todavía no están conversando sobre sus vivencias. Si uno está un rato largo con alguno, empiezan a asomar ciertas cosas. No es que tengan un pacto de silencio, sino sólo que no está decantado». Por ello, agregó que deberán pasar varios días e incluso meses como para evaluar de forma detallada la situación de cada uno de los rescatados.

Pese a todo, el secretario de Estado enfatizó que todas estas señales son calificadas como normales. «Lo raro sería que no las tuvieran y que su adaptación fuese inmediata», añadió. «Incluso en la evaluación de alta tenemos cierta cuota de intranquilidad porque estamos entregando a las familias personas que están frágiles», sostuvo.

El ministro también reconoció que la «hipótesis menos probable en que debemos movernos» es pensar que de aquí a una semana «estos hombres hagan una vida normal».

Así, en el futuro, algunos de los 33 podrían presentar sudoración, fiebre y dolores abdominales, entre otros síntomas, como respuesta a la situación que vivieron. Sin embargo, dependerá de las características personales de cada trabajador el cómo finalmente reaccionarán, y si los efectos del encierro serán sólo psicológicos o puedan incluso tener también secuelas físicas.

Respecto de la evaluación mental que se debió hacer con los trabajadores, el ministro de Salud contó que el equipo médico debió enfocarlos para que el rescate llenara sus mentes y así evitar darles espacios a las dudas.

«Psicológicamente, si uno concibe el espacio mental como un nicho, todo ese nicho estaba ocupado por el rescate. Entonces, no había mucho tiempo, muchas posibilidades de que aparecieran otros elementos. Por eso creo que los días previos al rescate estaban extraordinariamente tranquilos», explicó.

Pese a ello, en los momentos previos a ingresar al ducto, los entonces atrapados presentaron cuadros de ansiedad. «Lo primero que pidieron los mineros, una vez que subió el primer rescatado, fue que lo pusieran en el intercomunicador para que les contara cómo había sido el viaje, cómo estaba el ambiente afuera, etc.», y recién entonces bajaron los niveles de ansiedad entre los trabajadores, detalló Mañalich, quien agregó que «eso tranquilizó a los de más abajo».

Para seguir trabajando esa situación de ansiedad, el grupo de rescate explicó a los 33 que tenían planos del área de rescate, les contaron cómo iba a ser el hospital de campaña. «La información de lo que iba a ocurrir la tenían súper clara, pero lo que era el escenario del campamento, los alrededores, no lo tenían para nada claro. De hecho, por eso es que quieren volver al lugar, a conocerlo», concluyó el ministro.

Por ahora, el equipo médico mantiene establecido como parte de su plan hacer un seguimiento psicológico de seis meses para todos los trabajadores.

Psicólogo alerta por alta sensibilidad de los 33
«Cuando uno está tan agotado, la sensibilidad aumenta a casi al máximo y la tolerancia baja a casi el mínimo».

Así definió Alberto Iturra, el coordinador del equipo de psicólogos que atendió a los mineros durante su período de encierro, el actual estado físico y mental de los trabajadores.

En su balance de la atención médica durante la operación de rescate, explicó que su grupo de trabajo -30 profesionales directamente en la mina y más de 550 que colaboraron con asesorías desde el resto de Chile y el exterior- estuvo dividido en dos fases.

«Primero, preparándonos para el encuentro de los mineros con los rescatistas y sus familiares. Después para hacernos cargo, junto con ellos, para conseguir el objetivo de que salieran bien, sanos, y pudieran volver a sus familias y alcanzar la normalidad», sostuvo Iturra.

El psicólogo agregó que los mineros «necesitan un período de descanso y de adaptación» que es necesario que sea respetado. Esto porque «tienen que recuperar el día y noche, además, y superar exitosamente este proceso de recuperación». (Agencia Efe).