Internacional

Benedicto XVI: Sí al uso del condón, en ciertos casos

Con su sorprendente comentario sobre los condones y el sida, el Papa Benedicto XVI ha comenzado un nuevo capítulo en el complejo debate de la Iglesia Católica sobre la moralidad y las acciones para prevenir que se propague el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

El pontífice consideró que los condones no constituyen una solución moral para detener el sida, pero dijo que en algunos casos, como en el de los hombres dedicados a la prostitución, el uso del preservativo representaría un primer paso para asumir una responsabilidad moral «con la intención de reducir el riesgo de una infección».

Las declaraciones surgieron en una entrevista con un periodista alemán, Peter Seewald, para la elaboración del libro «Light of the World: The Pope, the Church and the Signs of the Times» («Luz del Mundo: El Papa, la Iglesia y las señales de los tiempos»).

El periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, difundió el sábado extractos del libro, que estará a la venta el martes.

Las declaraciones de Benedicto XVI arrojan luz a una discusión dentro de la Iglesia sobre la mejor forma de enfrentar la pandemia del sida.

El Papa había dicho antes que el uso del condón agravaba la crisis del sida. Algunos jerarcas católicos hicieron eco a esa opinión, bajo el argumento de que los condones no representan una solución 100% segura y generan en cambio en la gente una falsa idea de que brindan protección.

La abstinencia y la fidelidad representan la única forma de frenar el VIH, dice la cúpula católica.

Sin embargo, el Vaticano nunca publicó una política oficial y autorizada sobre los condones y el sida y los cardenales del mundo llegaron a adoptar posturas muy divergentes sobre el asunto.

William Portier, teólogo católico en la Universidad de Dayton, Ohio, no ha leído el libro, pero opinó que sería erróneo concluir que las declaraciones significan que el Papa ha hecho un cambio fundamental en las enseñanzas de la Iglesia.

«El no hará eso en una declaración casual a un periodista para una entrevista», consideró Portier.

Las declaraciones del Papa tampoco deberían considerarse una forma de alentar al uso del condón, pero podrían interpretarse como una distinción entre actos más o menos graves de pecado.

Los teólogos expertos en moral llaman a este fenómeno un doble efecto, explicó Michael Baur, filósofo de la Universidad de Fordham. De acuerdo con esa explicación, un acto indebido podría ser tolerado en aras de una buena intención: en este caso, evitar la propagación de una enfermedad.

No es la primera vez que semejante argumento se esgrime en la Iglesia.

Martin Rhonheimer, cura del Opus Dei y profesor de ética en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma, argumentó en 2004 que un hombre casado e infectado con el VIH, que usa un condón para proteger del virus a su esposa no trata de impedir el embarazo, sino la infección. Sus acciones, por ende, pueden considerarse apegadas a las enseñanzas católicas.

«Es una aplicación interesante de los antiguos principios morales de la Iglesia», dijo Nicholas Cafardi, abogado canónico y ex decano de la Escuela de Derecho de la Universidad de Dusquesne. «Incluso si realizas un acto que por lo demás es malo, puedes mitigar la maldad de ese acto», aseguró.

AP

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