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Wall Street cierra 2010 con un avance del 11 por ciento

La Bolsa de Nueva York cerró con un avance anual superior al 11% el último día de 2010, un año de ligera recuperación económica no exento de sobresaltos por la crisis de deuda en Europa y el temor a la inflación china, pero que da paso a un 2011 que los analistas miran con optimismo.

Por segundo año consecutivo Wall Street mantuvo las ganancias en términos anuales al subir un 11,02%, después de haber avanzado un 18,8% en 2009.

También ascendieron decididamente este año los otros dos principales indicadores de los mercados neoyorquinos, que subieron un 12,78% en el caso del selectivo S&P 500 y un 16,91% en el del índice compuesto del mercado Nasdaq.

Así, la mayor plaza financiera del mundo volvía a tocar este año niveles previos al desplome de Lehman Brothers de 2008, un año en el que Wall Street acumuló un descenso del 33,8%.

Este último día de la semana, mes y año, el parqué neoyorquino cerró sin una tendencia clara: el Dow Jones subió un leve 0,07% para colocarse en 11.577,51 puntos, mientras que el S&P y el Nasdaq cerraron con descensos del 0,02% y el 0,38%, respectivamente.

Sin embargo, los inversores miraban con cierto optimismo hacia lo que se avecina en 2011, un nuevo año que la mayor parte de los analistas coinciden en que será algo más alentador: Continuará el crecimiento económico en Estados Unidos, aunque a un ritmo lento.

Wall Street quiso olvidar así los baches con los que se ha encontrado durante este año, que provenían principalmente de la crisis de deuda europea.

Los rescates a Grecia e Irlanda y el temor al contagio a Portugal y España hicieron que la mayor plaza financiera del mundo perdiera las posiciones ganadas a comienzos de año. De hecho, Wall Street anotó su peor mayo en 70 años el mes en el que se produjo el rescate a Grecia.

El nerviosismo se hacía en numerosas ocasiones con el parqué neoyorquino por los temores sobre la debilidad europea, ensombreciendo en algunos casos la publicación de datos macroeconómicos en Estados Unidos que ofrecían señales de esperanza para la primera potencia mundial.

El Producto Interior Bruto (PIB) en Estados Unidos encadena ya 18 meses de avances y creció en este último trimestre del año un 2,6%. Sin embargo, ese crecimiento es todavía débil para acabar con un desempleo del 9,8%.

Hasta el gurú de la economía Nouriel Roubini, reconocido por sus pesimistas pronósticos y a quien se atribuye haber predicho la pasada crisis económica, ve con ligero optimismo 2011, un año en el que afirma que Estados Unidos crecerá un 2,7% y en el que descarta la posibilidad de una recaída en la crisis a nivel global.

Más positivos son los analistas de Morgan Stanley, que pronostican que el año que viene la primera potencia mundial crecerá un 4% gracias al plan de ampliar por dos años los recortes tributarios a todos los estadounidenses.

Los problemas del paro, el sector inmobiliario y la falta de control de la deuda siguen en la mente de los analistas, pero las últimas medidas acometidas por el Gobierno de Barack Obama y la Reserva Federal parecen diluir en cierta manera esos temores.

La decisión a principios de noviembre por parte del banco central estadounidense de llevar a cabo un programa de estímulo monetario con la compra de bonos del Tesoro por 600.000 millones de dólares fue bien recibida en el parqué neoyorquino, aunque las voces en contra de este tipo de medidas se hacían también más fuertes.

Entre los opositores a ese plan se encontraban miembros del Partido Republicano y analistas económicos cercanos a ese partido, que temían que el plan pudiese disparar la inflación.

También desde el exterior le llovieron las críticas a esa medida, ya que tanto desde Europa como desde China fue tildada de un intento de debilitar el dólar para aumentar las exportaciones estadounidenses.

Este 2010 mostró además algunas señales de recuperación en el sector empresarial estadounidense, lenta pero continuada y algunos iconos de la crisis económica parecían volver a la normalidad.

Era el caso por ejemplo del regreso a bolsa del gigante automovilístico General Motors, que volvió pisando fuerte a la Bolsa neoyorquina con la mayor Oferta Pública de Venta de acciones (OPV) del año en ese mercado, de donde se había visto obligado a salir en 2009 cuando se declaró en quiebra.

Este año destacó además en otros mercados la apreciación del oro y el crudo, que cerraron el año en el primer caso en niveles de récord y el segundo a precios que no se habían visto desde hacía dos años. EFE