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Ubaldo Duany el cubano tras el bronce de Caterine Ibargüen

La colombiana Caterine Ibargüen vivió el jueves su mayor éxito con su bronce en el triple salto del Mundial de atletismo de Daegu y en ello tiene mucho que ver la labor del entrenador cubano Ubaldo Duany, que la convenció para optar por esta disciplina.

Ibargüen no es precisamente una cara nueva en el atletismo colombiano: a sus 27 años, lleva compitiendo en pruebas internacionales desde hace una década, pero en sus primeros años lo hizo en el salto de altura, donde participó hasta su cambio estable al triple salto hace dos años.

«Es el profesor Ubaldo Duany el que marca mi camino, seguro que elige lo mejor para mí de cara a los Juegos Olímpicos del próximo año», comentó la colombiana tras su histórico logro, con la primera presea femenina para el país en un Mundial.

Duany, un ex atleta de salto en largo que llegó a alcanzarlos 8,32 metros en 1986, vio el potencial de Ibargüen para el salto triple y le aconsejó vivamente que se decidiera a probar por esa disciplina, venciendo las resistencias iniciales de su pupila.

En el salto en alto no había pasado de resultados discretos, teniendo como mejor marca el 1,93 metros conseguido en Cali en 2005.

En grandes citas, había caído en las clasificaciones de los Juegos Olímpicos de Atenas-2004 y de los Mundiales de Helsinki-2005 y Berlín-2009, hasta que Duany decidió un cambio de rumbo para Ibargüen e inició un camino que ha sido fulgurante y directo al éxito.

Ibargüen ya había competido en algunas pruebas de triple salto en sus años de juvenil, pero fue en 2010 cuando consiguió su primer resultado importante, saltando 14,29 metros en el Iberoamericano de San Fernando (España) en 2010.

Este año, ostenta la mejor marca del año con 14,99 metros, conseguida en la altura de Bogotá y que le permite estar igualada con la estrella de la disciplina, la cubana Yargelis Savigne, campeona mundial en 2007 y 2009, y que el jueves quedó sólo sexta por una lesión muscular.

En la pista del estadio de Daegu consiguió alcanzar 14,84 metros, sólo superada por la ucraniana Olga Saladuha (14,94 metros) y la kazaja Olga Rypakova (14,89 metros).

«¡Demasiado! Fue un acierto tremendo, estoy muy contenta de él. Fue todo por mi entrenador, él lo decidió y es cierto que tenía razón, como se ha demostrado con todos los frutos que vinieron», señaló Ibargüen, que siempre tiene muy presente a Duany.

Con él pasa muchas horas en las pistas puertorriqueñas, trabajando la técnica y viendo cómo llegar más lejos, más rápido, más fuerte, volviendo a las esencias del atletismo, con un toque de vieja escuela cubana, la potencia tradicional latinoamericana en este deporte.

Ibargüen vive y estudia enfermería en Puerto Rico, donde colabora con el preparador cubano, y tiene una nueva vida fuera de su Colombia natal, dedicada al atletismo y con una meta clara: repetir en el podio de una gran competición dentro de un año, en los Juegos Olímpicos, la gran cita para un atleta. AFP