Hace 512 años un hombre resuelto y visionario encontró tierra americana. Desde ese momento hasta hoy el mestizaje es una constante que diferencia nuestro continente. A ese momento mágico los historiadores le han dado el nombre de “Día de la raza”, pero para mi, desde que descubrí a Colon y sus intrépidos viajes en los libros, ha sido el día de la inclusión social.

Y yo lo celebro desde el alma porque vivo en Cali que es la capital de múltiples expresiones étnicas y por lo tanto de diversas expresiones culturales. Aquí se mezclan grupos llegados desde los distintos puntos cardinales de la nación para construir sus sueños.

Esos grupos que deciden su vida en la ciudad Capital del Valle , no importando la etnia a la que pertenezcan, reclaman derechos, mejores oportunidades para la búsqueda de su felicidad que no es otra cosa que el reconocimiento y el respeto a cada una de sus condiciones ancestrales y a sus culturas que han viajado en sus genes y en el tiempo imprimiéndoles sellos que les hacen únicas y en las que cada uno se desarrolla como ser social.

Creo que el Estado Municipal, debe ser garante del disfrute de sus derechos sociales básicos como la educación, la salud, el desarrollo, el empleo, el goce de la vida, para que sean tenidos en cuenta como individuos y como comunidad, ofreciéndoles igualdad de oportunidades pero respetando sus diferencias.

Cali es una ciudad que hoy, 512 años después de la llegada de Colón, sigue recibiendo poblaciones migrantes quienes con su diversidad étnica y cultural, enriquecen la forma de vivir nuestro entorno. Cali es la tierra en la que ellos buscan su felicidad y la de sus familias. Es en esa búsqueda que realizan procesos y ponen su trabajo al servicio del desarrollo de la ciudad convirtiéndose así mismo en generadores de progreso.

Cuando camino la ciudad veo la variopinta que somos, veo las expresiones de diversidad étnica pero me encanta la unicidad ciudadana, el amor por esta tierra que habitamos y siento que entre todos podremos hacer cada día mejor esta ciudad que nos alberga. Siento que esa diversidad en la que vivimos nos hace cada vez mejores seres humanos y gracias a ello surgen nuevos liderazgos, se gestan los nuevos gobernantes de la ciudad y se estimulan prácticas sociales de respeto y reconocimiento a las distintas condiciones étnicas y culturales con las que convivimos.

Hay que seguir realizando acciones que dignifiquen a todos los ciudadanos para que los derechos fundamentales sean accesibles para todos y cada uno de los habitantes de Cali no importa el lugar de procedencia.

Yo creo en los seres humanos y en la responsabilidad social que tenemos de ser felices, es decir, de tener acceso a mejores condiciones para tener una vida digna y justa porque eso es la felicidad.

Celebremos con alegría el día de la inclusión social.

María Isabel Larrarte

Por: Manuel Bermudez