Dos atentados, ocurridos este martes en Afganistán, dejaron como resultado 59 personas muertas y 150 heridas.
El más grave, perpetrado en la capital Kabul, fue cometido por un kamikaze durante una procesión chiita de Ashura, una de las fiestas más sagradas de esta rama del Islam.
En un comunicado, los insurgentes talibanes condenaron los atentados que mataron e hirieron el martes a «compatriotas inocentes», hecho que causó extrañeza debido a que ellos siempre se han reivindicado la mayoría de los atentados suicidas ocurridos en Afganistán en los últimos 10 años.
«Un gran número de nuestros compatriotas inocentes han muerto o fueron heridos por los actos inhumanos y contrarios al islam de los enemigos en Kabul y Mazar-i-Sharif», según este comunicado.
Mientras tanto, el Gobiernó culpo a nos talibanes de la muerte de estas personas, entre los cuales hay mujeres y niños.
Una decena de cadáveres estaban tirados en el suelo después de la poderosa explosión, dijo un fotógrafo de una reconconocida agencia de noticias, quien reveló haber visto a una niña de unos doce años errando en medio de las víctimas, cubierta de sangre y en estado de conmoción.
El atentado de Kabul es el más mortífero desde el realizado contra la embajada de India, que causó la muerte de más de 60 personas en julio de 2008.
El segundo atentado mató cuatro personas en Mazar-i-Sharif (norte), cerca del principal santuario de la ciudad, pero se ignora si estaba dirigido contra los chiitas, que son minoritarios en Afganistán.
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