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Los 44 reos muertos en México fueron entregados a sus asesinos por la guardia

Los 44 reos que murieron este fin de semana en la penitenciaria mexicana del Cereso de Apodaca no perecieron en una riña, sino que fueron ultimados a golpes y puñal, según lo constató la necropsia practicada a los cuerpos.

Al parecer el crimen se cometió con la complicidad de los guardias del penal, quienes identificaron y luego entregaron las víctimas a sus asesinos, quienes los recibían a batazos, tubazos y pedradas en cara y cráneo, así como puñaladas en el corazón y el abdomen.

El gobernador Rodrigo Medina confirmó el lunes por la mañana que efectivamente se trató de un multihomicidio ejecutado por integrantes de Los Zetas contra sus rivales del Cártel del Golfo.

Para cuando inició el múltiple asesinato, hacia las 01:30 del domingo, al menos la mitad de los reos evadidos, la mayoría jefes zetas, ya había logrado escapar por la torre 6 del reclusorio, de la que descendieron a través de cuerdas.

Los prisioneros sacrificados fueron sacados del ambulatorio D y del área de visita conyugal.

Al cierre de esta edición el Servicio Médico Forense había practicado el 90 por ciento de las necropsias. Para la media noche sólo faltaban cuatro cadáveres por analizar.

El 60 por ciento las víctimas falleció por contusión profunda de cráneo, causada por bates, palos y tubos, mientras que el 40 restante pereció por heridas de arma blanca inferidas en pecho y abdomen.

Se estableció que los prisioneros se desangraron entre los pasillos y patios del ambulatorio C y D.

Santa Fe con información de Milenio