Unos 100 policías de militares y policías retirados irrumpieron en la Casa de Nariño exigiendo indemnizaciones y que les otorguen una pensión.
Los manifestantes, quienes portaban pancartas y gritaban exigiendo que se les respetaran sus derechos, llegaron hasta la misma entrada a Palacio, sobre la carrera octava, en el centro de Bogotá.
Los agentes de seguridad trataron de impedir la llegada y lanzaron gases lacrimógenos, lo cuales no fueron suficientes para detener a los exmiembros de la Fuerza Pública, la mayoría de los cuales sufrieron algún tipo de afectación por causa del conflicto armado.
«Estamos reclamando nuestros derechos» y «Es mejor ser guerrilleros porque lo mandan para Francia», son algunas de las consignas de los policías y militares retirados.
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