Bogotá

Declarar Alerta naranja para seis humedales pide la Personería

Basuras, aguas putrefactas, rellenos, construcciones y loteo, los van depredando y reduciendo progresivamente, incluso la CAR, la autoridad ambiental regional, atentó contra uno de ellos, afirma la Personería Distrital

En grave estado se encuentran los ecosistemas de la ciudad debido a la invasión de zonas de ronda, procesos de relleno, basuras, escombros, lodos, disposición de aguas negras e industriales, flora invasiva, pastoreo, urbanización y construcción incontrolada en sus suelos y quemas a cielo abierto de áreas protegidas, de acuerdo con el organismo de control.

La Personería de Bogotá solicitó a la Administración Distrital declarar en Estado Crítico o de Alerta Naranja seis humedales (Meandro del Say, Guaymaral, Torca, Techo, Tibanica y Capellanía) y en Alerta Amarilla cinco más (Córdoba, El Burro, La Vaca, Juan Amarillo y Jaboque), debido a la continua degradación de estos ecosistemas que los tiene en grave estado.

La Personería de Bogotá pudo establecer que la Secretaría de Ambiente solicitó a la Corporación Autónoma Regional (CAR), desde el mes de enero del año en curso, que adelantara lo pertinente a fin de que, de inmediato, se retirara el material que la misma Corporación (responsable del cuidado y preservación de humedales) arrojó al humedal Tibanica, causando una grave afectación al mismo.

No obstante, a la fecha la CAR no ha ejecutado ninguna acción de extracción de los lodos que arrojó a ese ecosistema, no sólo ignorando la petición de la Secretaría de Ambiente sino agravando el daño causado al citado humedal.

Por esos hechos, el órgano de control anunció que intervendrá para ejecutar lo de su competencia y, de haber mérito, informar sobre lo presuntamente irregular a las entidades y autoridades responsables de ejercer vigilancia en ese caso.

La Personería evidenció que el grado de contaminación tiene en grave peligro de extinción varias especies propias de los humedales sabaneros, como el cucarachero de pantano y la tingua bogotana, con repercusión también en problemas de salud pública por las aguas putrefactas e insoportables olores en algunos de ellos.

A mediados del siglo pasado había 60 humedales en un área de 50.000 hectáreas; hoy sólo cuenta con 13 espejos de agua y escasas 640 hectáreas. Además, únicamente uno está en buen estado, Santa María del Lago. Los doce a cargo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAAB) y de la SDA, cinco de ellos de jurisdicción compartida con la CAR, no tienen la misma atención. Tres de ellos sobreviven gracias a la comunidad vecina y algunas organizaciones (La Conejera en aceptables condiciones, Jaboque y Juan Amarillo en precaria situación

Se encontró falta de control y vigilancia policiva por parte de las Alcaldías Locales a los procesos de relleno, invasión y urbanización de zonas de ronda. Por ejemplo, no se han podido sanear los predios de los humedales de Torca, Guaymaral, Techo y El Burro. Allí se sigue construyendo de forma ilegal y no se registran sanciones a los infractores. Esa falta de gestión reduce progresivamente los cuerpos de agua.

Las aguas residuales y conexiones erradas que contaminan los humedales, evidencian que el Distrito no cuenta con un plan de amortiguamiento ante el crecimiento urbano excesivo. Desarrollos urbanos ilegales, “legales” e industrias, vierten los desechos a los espejos de agua. Entre tanto, la actuación de las autoridades es escasa. Esa situación cambia las condiciones ecológicas y biológicas, y aumenta la materia orgánica, los contaminantes y las bacterias coliformes, que atentan contra la salud de la comunidad.

No se ha cumplido por parte del Distrito lo ordenado en varias sentencias de acciones populares desde 2002, ya que los ocupantes de hecho de los humedales El Burro, La Vaca y Techo continúan allí, al no ser reubicados aun como lo establecen las normas.

De otro lado, hay incumplimiento de la política pública distrital de humedales y ausencia de gestión por parte de la Administración, así como falta de continuidad en la administración y manejo integral para la recuperación de los humedales.