Bogotá Economía

Aplican prueba piloto para ajustar precios de alimentos en Corabastos

La central mayorista de Corabastos realizó pruebas piloto para la creación de una cámara de compensación, con dos productos, inicialmente: la cebolla cabezona y la mazorca.

La importancia de la regulación de precios se basa en la tendencia de los precios de los alimentos en el país, que de acuerdo con el Secretario Distrital de Desarrollo Económico, Carlos Simancas, busca diseñar un sistema transparente de formación de precios para los alimentos en la Central de Abastos de Bogotá

De acuerdo con Simancas, esta regulación busca «acabar con los monopolios de compras y garantizar mejores precios a los ciudadanos».

Con este sistema también se buscaría que las transacciones dejaran de hacerse en efectivo y sin registro, y fueran reguladas. Para José Tobías Agudelo, subgerente comercial y de negocios de Corabastos, lo que se pretende es desarrollar la gobernabilidad en el tema de la regulación de precios, y agilizar la comercialización.

«El objetivo es romper el canal tradicional. Así mismo, ir buscando la facturación de cada transacción, la legalización de los comerciantes, a través del Registro Único Tributario, y establecer diferentes niveles de volúmenes, en un primer momento con los mayoristas, porque a veces se mezclan mayoristas con minoristas en las negociaciones, y esa intermediación del minorista es la que encarece los productos».

¿Cómo se desarrolló el piloto?
En horarios diferentes, se recibió a los productores de papa y mazorca. El proceso se desarrolló en una zona conocida como el Martillo (parqueaderos), en Corabastos. Un inspector procedió a efectuar la vigilancia y control del producto, en términos de calidad y empaque. Así mismo, realizó el registro de placas. El número de placa permite conocer los vehículos que llegan a la Central y el tipo de productos que transportan.

En estricto orden de llegada, se le entrega a cada ofertante una ficha. Estos deben entregar las cantidades, volúmenes y procedencias al registro del lote, se hace la ficha de la transacción y se les da la boleta de autorización de salida. «Poco a poco, se va a ir armando una base de datos de productores. De esta manera, se realizarán unas tablas y diagramaciones por mes para ver el incremento o la baja en la producción», afirma Agudelo.

Con ese registro, el ofertante se tiene que acercar a informar si su producto ya tiene un destino o está libre para entrar a la subasta. Esto por cuanto, mucho productor ya tiene transada la producción con un mayorista. «Inclusive, algunos comerciantes, cuando hay escasez, van directamente a las fincas y compran el lote con anterioridad», comenta el subgerente comercial de la Central.