Bogotá

Estudio revela que uno de cada 10 niños sufre ‘matoneo escolar’ en Bogotá

Cesar Sierra, profesor de Psicología del Politécnico Grancolombiano, estudió el comportamiento de 200 niños –hombres y mujeres– que tenían entre 7 y 10 años de edad y que cursaban tercero de primaria, que le permitió concluir que uno de cada 10 niños en Bogotá sufre de ‘matoneo’.

Sierra, analizó varios contextos: las clases, los descansos y las convivencias pedagógicas. “En los baños, en los corredores de los colegios y a la entrada y salida de las instituciones, es cuándo más se presentan manifestaciones de violencia”, señaló.

Entre los principales resultados de su investigación, destacó que uno de cada 10 niños en un salón de clase es víctima de ‘matoneo’ y que los hombres practican más el bullying que las mujeres. También, resaltó que la edad en la que se presentan más casos de intimidación escolar es entre los 7 a los 10 años.

Respecto a las principales formas de ‘matoneo’, el académico sostuvo que pese a que las agresiones físicas y psicológicas se dan por igual, las que más predominan son las peleas a puños, los jalones de pelo, las patadas, los pellizcos, los mordiscos y las zancadillas. También sobresalen los apodos, los chismes y los rumores con el fin de burlarse de los compañeros.

¿Cuál es el perfil del “matón” del colegio?

Este niño que inventa bromas a sus compañeros, pone apodos y toma rasgos físicos de sus víctimas para burlarse de ellas. Insulta con groserías, palabras soeces y vive desafiando a los demás. Sobresale por su agresividad y liderazgo negativo dando órdenes y dejando a sus victimas en una actitud de sumisión.

En los juegos, siempre pone las reglas y las impone mediante el poder, la fuerza física o las amenazas; de ésta manera consigue lo que se propone. También se enoja con facilidad y es impulsivo.

En relación a la violencia física, hostiga por medio de golpes, puños, empujones y patadas; y la agresión psicológica o emocional, la realiza a través de apodos y amenazas menospreciando a los demás.

Su apariencia física no es necesariamente robusta o fuerte, ya que también puede agredir a otros niños que incluso son más grandes y de mayor contextura que él. La forma en que agrede es de manera individual y casi nunca victimiza a sus compañeros en grupo.

En clase no se concentra, siempre está molestando a sus compañeros, se distrae con facilidad, interrumpe al profesor continuamente y su rendimiento académico esta dentro del promedio.

Características de las víctimas

Son más débiles que sus agresores, no les gusta participar en juegos en los que estén únicamente niños. Comparten la mayoría del tiempo con niñas y en estos grupos pueden a veces dominar, mandar y agredir a quienes son más débiles que ellos.

Cuando se sienten atacados, ofendidos o maltratados, sus reacciones típicas son: decirle a la profesora, llorar, ignorar la agresión o patalear; en otras ocasiones pueden reaccionar de forma agresiva y enfrentarse ante su agresor.

Generalmente no reaccionan agresivamente ante las ofensas, por el contrario, prefieren asumir una posición pasiva y no se defienden de estos ataques.

Suelen tener baja autoestima al no poder relacionarse con los demás, les da miedo plantear sus ideas y exponer lo que piensan en grupo.

Por ultimo pueden presentar una combinación de modelos de ansiedad y de reacciones agresivas; causan irritación y tensión a su alrededor, tanto a los docentes como a otros alumnos. A diferencia de los agresores, no son inquietos y su rendimiento académico es bueno.

Claves para tener en cuenta…

Los niños cuando empiezan a ser muy callados o monosilábicos en su lenguaje son signos de alarma que los padres y los profesores deben interpretar como algo que no es normal en su comportamiento habitual. De inmediato se recomienda hablar directamente con los menores, visitar el plantel educativo y sí es el caso, pedir ayuda profesional.

Otras actitudes para tener en cuenta es cuando el niño deja de jugar, pierde el apetito de un momento para otro, le gusta estar solo, permanece encerrado y demuestra miedo o inseguridad cuando intenta relacionarse con los demás.

En el contexto escolar los docentes tienen que estar alerta cuando el menor no tiene amigos, permanece muy aislado y no participa en ningún tipo de actividad en los descansos. Por lo general sufre de rechazo de parte de sus compañeros y baja considerablemente su rendimiento escolar.

Para identificar a los niños agresores, usualmente éstos se comportan de forma prepotente y ególatra, consideran que todo lo pueden hacer solos, se vuelven agresivos y siempre quieren establecer relaciones de sumisión donde ellos tienen el control.

En el colegio todos los siguen, no por mérito sino por miedo, y todo lo solucionan a los golpes o con palabras agresivas.

Algunas cifras del estudio

ü La edad en la que se presentan más casos de violencia escolar está entre los 7 y los 10 años.
ü El matoneo se presenta por igual en los colegios oficiales y privados.
ü Uno de cada 10 niños que cursa primaria en el colegio es víctima o matón.
ü Entre el 10 y el 15% de niños actualmente es víctima de agresión en su colegio.
ü Entre el 5 y 10% de los casos de niños víctimas de matoneo y que no se tratan a tiempo, intentan suicidarse.