Opinión

¿AÑO NUEVO, VIDA NUEVA?

JULIO FERNANDO 2 (2) Por: Julio Fernando Rivera Vallejo

Por más que queramos aplicar en la vida cotidiana aquello de ´´ borrón y cuenta nueva ´´, sin duda, el presente no es más que el eco de hechos pasados, que si bien podemos modificar con buen criterio y utilizando la experiencia de lo bueno y lo malo ocurrido hasta el momento, resulta difícil ignorar de plano.

De allí que al remplazar el viejo almanaque es mejor limitarnos a hablar de un mero pasar de página y no pretender arrancar de cero, pues, ni los carros modelo 2.013 son nuevos, porque los fabricaron el año anterior. El libro que cada quien escribe continuamente con sus acciones y omisiones, sus aciertos y equivocaciones, sus alegrías y sus tristezas, sus sueños y sus frustraciones, se asemeja al torrente de un río que no tiene reversa, aunque, en el caso de los humanos, puede corregirse el curso de las aguas, que para este caso equivale al destino, gracias a la inteligencia que lo diferencia de los demás seres vivientes.

Las condiciones sociales, económicas y culturales, entendiendo dentro de estas últimas las políticas y religiosas, en las que uno nace, tienen gran influencia a la hora de determinar la personalidad de cada quien, sin que ello implique la aceptación a pié juntillas de la predestinación acogida por los griegos, pues, el ser humano es capaz de realizar grandes transformaciones y de construir muchas cosas no imaginadas por sus antepasados, para procurarse un futuro mejor.

Lo que sucede es que, lamentablemente, en ese tránsito de la intuición a la conciencia, la especie humana en aras de conservar ciertas mal llamadas tradiciones, ha perdido algo importante: el instinto de conservación tan obvio y notorio en los demás animales que, ante la inminencia del peligro buscan protegerse y fundamentalmente, poner a salvo a los elementos vulnerables del grupo, como sus cachorros, mientras, la especie autodenominada superior, conoce pero no mide las consecuencias de sus propios descubrimientos e inventos y, en medio de una incomprensible indiferencia, marcha camino a su autodestrucción, siendo el ejemplo de mayor connotación la no conservación del planeta que durante siglos ha sido aprovechado legítimamente, pero también explotado de manera inmisericorde, a sabiendas de que hay recursos naturales no renovables cuya falta futura va a representar un enorme perjuicio para las generaciones venideras.

A nivel general y como negro augurio de un triste final no pronosticado por los Mayas, puede hablarse del calentamiento global a consecuencia de la irresponsabilidad del hombre; y a nivel doméstico, entre los botones para mostrar sobre la carencia de intuición y claro, también de conciencia, encontramos dos actitudes igual de peligrosas y respecto de las cuales las autoridades y la sociedad entera han mostrado su preocupación constante y, han adelantado campañas que al parecer han sido insuficientes. La referencia es al uso indiscriminado de la pólvora y a la reprochable conducta de recibir el año haciendo disparos al aire.

Sobre lo primero, como sucede siempre por estas épocas, el saldo de niños y adultos quemados aterra, y como al parecer ya con esos hechos perdimos la capacidad de asombro, ahora se informa que una ambulancia fue utilizada para transportar entre Candelaria y Cali, cerca de 300 kilos de pólvora, que de no haber sido descubiertos en un retén policial, probablemente hubieran dejado un mayor número de afectados en La Sultana del Valle.

En torno a lo segundo, la muerte a causa de ´´ una bala perdida ´´, de una niña que viajó de Bogotá a Medellín a fin de pasar allí sus vacaciones, enluta no solo a su familia, sino a la sociedad entera y al Estado mismo, que se sienten impotentes para controlar el comportamiento de gente que no piensa en lo que puede generar un acto de esa naturaleza.

¿Año nuevo vida nueva? ¿Cuál?, como dicen los pelados. Frase de cajón, pues, la historia se repite y solamente cambian las víctimas, confirmando una frase de la filosofía popular, según la cual el hombre es el único animal que se tropieza de nuevo con la misma piedra, vale decir, que vuelve a cometer los mismos errores.

Ojala estas tragedias anunciadas y reiteradas, produzcan un cambio de actitud, para que al iniciar el 2.014 las portadas de los diarios y los titulares de los noticieros de la radio y la televisión hagan referencia con buen soporte a ese dicho de: ´´ Año nuevo, vida nueva ´´.