Agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) hallaron en Valledupar (Cesar) a una menor de siete años que desde agosto de 2011 había sido reportada como desaparecida en el barrio Chapinero, de Barrancabermeja (Santander). La operación la realizaron en el Colegio José Eugenio Martínez, de la capital cesarense.

Sin embargo, los funcionarios que realizaron las labores de identificación de la menor, se dieron cuenta de que la niña no era hija de la pareja que había denunciado la desaparición y que los padres biológicos eran las personas que la tenían a su cuidado.

De este modo, se desvirtuó la declaración hecha por Nancy Camacho Padilla, quien denunció, el 21 de agosto de 2011, por la presunta desaparición de su hija, a Marlene Avellaneda Aragón, su amiga de confianza. Esta última tenía por costumbre llevar habitualmente, con el consentimiento de la presunta madre, la niña a Valledupar. De acuerdo con la denuncia, en uno de esos continuos viajes Avellaneda Aragón no regresó con la niña, cambió su domicilio y número telefónico.

Durante la investigación, la Fiscalía logró esclarecer que la menor, con consentimiento de su madre biológica, Marlene Avellaneda Aragón, viajaba a Bucaramanga para hacer pasar a su hija como si lo fuera de su amiga Nancy Camacho Padilla, quien le había mentido a su compañero sentimental con un falso embarazo con la intención de retenerlo a su lado.

Avellaneda Aragón, la madre biológica, cansada de esta situación, que ya llevaba siete años, cambió de domicilio, por lo que la otra mujer pone una denuncia por desaparición en su contra para no despertar sospechas de su compañero, un soldado profesional que por su oficio se tenía que ausentar por largo tiempo.

La menor se encuentra en un hogar de paso del Instituto de Bienestar Familiar, hasta que se logre establecer quien se quedará con la custodia de la niña. Al tiempo, la Fiscalía envió copias solicitando que se investigue a Nancy Camacho Padilla por los delitos de falsedad en documento público y falsa denuncia.